miércoles, 20 de febrero de 2019

Comentario lectura evangelio 22/02/19

Y vosotros ¿quién decís que soy yo?

La enseñanza que Pedro desde su cátedra, es decir, desde su experiencia personal, nos brinda es que Jesús es “El Mesías, el Hijo de Dios vivo”. Todo en él brota de esta experiencia. El encuentro con Jesús le cambió la vida. Fue otro hombre antes y después de conocer a Jesús. Y ésta su experiencia gozosa es la que trató de contagiar a todas las personas a las que se dirigió, principalmente después de la muerte y resurrección de Jesús, después de “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificará mi iglesia” y del encargo recibido de “id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”.

A sus sucesores, “como pastores del rebaño de Dios”, les exhorta a que sean pastores como lo fue Cristo Jesús y que constantemente se miren en este modelo. Nada de gobernarlo “a la fuerza… como déspotas… esperando sórdida ganancia”, sino siguiendo siempre los pasos y los modos del “Mesías, el Hijo de Dios vivo”.

Jesús, el Hijo de Dios, no deja de sorprendernos. Ningún consejo de administración de una gran empresa hubiese puesto al frente de ella a Pedro, el pescador de Galilea. Sin embargo, Jesús le pone al frente de su comunidad, de su iglesia, porque Pedro ha reconocido su debilidad, la he confesado, ha reconocido a Jesús como el Hijo de Dios, ha reconocido que sin Él no puede hacer nada y confía plenamente en la asistencia amorosa de Jesús en su corazón y en toda la comunidad de sus seguidores. “El Señor dice a Simón Pedro: Yo he pedido por ti, para que tu fe no se apague. Y tú, cuando te recobres, da firmeza a tus hermanos”.

-Fray Manuel Santos Sánchez

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