lunes, 18 de febrero de 2019

Comentario lectura evangelio 20/02/19

Dejarse iluminar por Cristo, luz del mundo.   

«Inmediatamente pasa a la acción: con un poco de tierra y de saliva hace barro y lo  unta en los ojos del ciego. Este gesto alude a la creación del hombre, que la Biblia  narra con el símbolo de la tierra modelada y animada por el soplo de Dios. De  hecho, "Adán" significa "suelo", y el cuerpo humano está efectivamente compuesto  por elementos de la tierra. Al curar al hombre, Jesús realiza una nueva creación.  […] Al ciego curado Jesús le revela que ha venido al mundo para realizar un juicio, para separar a los ciegos curables de aquellos que no se dejan curar, porque  presumen de sanos. En efecto, en el hombre es fuerte la tentación de construirse  un sistema de seguridad ideológico: incluso la religión puede convertirse en un  elemento de este sistema, como el ateísmo o el laicismo, pero de este modo uno  queda cegado por su propio egoísmo.     Queridos hermanos, dejémonos curar por Jesús, que puede y quiere darnos la luz  de Dios. Confesemos nuestra ceguera, nuestra miopía y, sobre todo, lo que la Biblia  llama el "gran pecado": el orgullo. Que nos ayude en esto María santísima, la cual,  al engendrar a Cristo en la carne, dio al mundo la verdadera luz» .


Benedicto XVI

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