Santa Maria Magdalena.
Magdalena se deriva de Magdala, población situada sobre la orilla
occidental del mar de Galilea, al norte de la ciudad de Tiberíades, o de
expresión del Talmud que significa "rizar pelo de mujer", en
referencia a las adúlteras.
Formó parte de los discípulos de Cristo, estuvo presente en el momento de
su muerte y, en la madrugada del día de Pascua, tuvo el privilegio de ser la
primera en ver al Redentor resucitado de entre los muertos (Mc 16, 9)Fue sobre
todo durante el siglo XII cuando su culto se difundió en la Iglesia occidental.
La historia de María Magdalena es una de las más conmovedoras del Evangelio
y también de las más enigmáticas. Se debate si la mujer que relatan varios
pasajes del Evangelio es una o tres mujeres:
1- La pecadora que unge los pies del Señor. (Lc., VII, 37-50). 2- María
Magdalena, la posesa liberada por Jesús, que se integró a las mujeres que le
asistían (Lc. VIII; Jn XX, 10-18) hasta la crucifixión y resurrección. 3- María
de Betania, la hermana de Lázaro y Marta. (Lc., X, 38-42).
El santoral litúrgico actual celebra a una sola: María Magdalena utilizando
las referencias a su encuentro con Jesús resucitado.
La Pecadora que unge los pies del Señor en Galilea
San Lucas hace notar que era una "pecadora pública" pero no
especifica que haya sido una prostituta.
Cristo cenaba en la casa de un fariseo donde la pecadora se presentó y al
momento se arrojó al suelo frente al Señor, se echó a llorar y le enjugó los
pies con sus cabellos. Después le ungió con el perfume que llevaba en un vaso
de alabastro. El fariseo interpretó el silencio
y la quietud de Cristo como
aprobación del pecado y murmuró en su corazón. Jesús le recriminó por sus
pensamientos. Primero le preguntó en forma de parábola cuál de dos deudores
debe mayor agradecimiento a su acreedor: aquél a quien se perdona una deuda
mayor, o al que se perdona una suma menor. Y descubriendo el sentido de la
parábola, le dijo directamente:
"¿Ves a esta mujer? Al entrar en tu casa, no me diste agua para
lavarme los pies, pero ella me los ha lavado con sus lágrimas y me los ha
enjugado con sus cabellos. Tú no me diste el beso de paz; en cambio ella no ha
cesado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza y ella me ha ungido los
pies. Por ello, te digo que se le han perdonado muchos pecados, pues ha amado
mucho. En cambio, aquél a quien se perdona menos, ama menos". Y
volviéndose a la mujer, le dijo: "Perdonados te son tus pecados. Tu fe te
ha salvado. Vete en paz". (Lc. 7)
La discípula de Jesús, liberada de siete demonios
En el capítulo siguiente, San Lucas, habla de los viajes de Cristo por
Galilea, dice que le acompañaban los apóstoles "y algunas mujeres que
habían sido curadas de espíritus malignos y enfermedades: María, llamada
Magdalena, de la que habían salido siete demonios" (Lucas 8:2). Lucas no específica
ni niega que sea la misma pecadora que unge a Jesús, pero ciertamente se trata
de una pecadora y es la misma persona que en Marcos 16:9 es testigo de la
resurrección.
La hermana de Marta y Lázaro, residentes de Betania
Más adelante Lucas narra que, en "cierta población", el Señor fue
recibido por Marta y su hermana María. Probablemente las dos hermanas se habían
ido a vivir a Betania con su hermano Lázaro, a quien el Señor había resucitado
a petición de ellas. Dada la mala reputación que tenía María en Galilea no
sería extraño que los tres hermanos se mudaran a Betania (Judea).
Marta se ocupaba con afán de atender al Señor y le pide que dijese a su
hermana que le ayudase, pues María estaba a los pies de Cristo para escuchar cuanto
decía. El Señor respondió: "Marta, Marta, te preocupas por muchas cosas y
sólo hay una necesaria. María ha escogido la mejor parte y no le será
quitada" (Lc. 10:41).
Al pie de la Cruz
En la hora del Calvario, mientras casi todos abandonan a Jesús, allí estaba
María Magdalena. ¡Cuánto se lo agradecería Jesús y la Virgen María! "Junto
a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de
Clopás, y María Magdalena". Juan 19:25
Entre las que siguieron a Jesús en Galilea ahora siguen a Jesús al Calvario
"Había allí muchas mujeres mirando desde lejos, aquellas que habían
seguido a Jesús desde Galilea para servirle. Entre ellas estaban María
Magdalena, María la madre de Santiago y de José, y la madre de los hijos de
Zebedeo". Mateo 27:55-56
Da testimonio de Cristo Resucitado
María Magdalena, con la otra María fueron las primeras en ir al sepulcro el
domingo de Resurrección: "Pasado el sábado, al alborear el primer día de
la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro"
(Mateo 28:1) Iban con los perfumes para embalsamarlo... Descubrieron así que
alguien había apartado la pesada piedra del sepulcro del Señor.
"Jesús resucitó en la madrugada, el primer día de la semana, y se
apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete
demonios". (Marcos 16:9)
María Magdalena, la pecadora convertida en contemplativa, fue la primera
que vio, saludó y reconoció a Cristo resucitado.
Jesús la llamó: "¡María!" Y ella, al volverse, exclamó:
"¡Maestro!" Y Jesús añadió: "No me toques, porque todavía no he
subido a mi Padre. Pero ve a decir a mis hermanos: Subo a mi Padre y a vuestro
Padre, a mi Dios y a vuestro Dios" (Jn 20:17)
El hijo de Dios quiso enseñarnos el alcance de su amor y de su poder
redentor santificando a una pecadora, adentrándola en su infinita misericordia
y enviándola a anunciar la resurrección a los Apóstoles.
Tradiciones sobre la vida posterior de María Magdalena
La tradición oriental afirma que, después de Pentecostés, María Magdalena
fue a vivir a Efeso con la Virgen María y San Juan y que murió ahí. A mediados
del siglo VIII, San Wilibaldo visitó en Efeso el santuario de María Magdalena.
En el 886 fueron llevadas sus reliquias a Constantinopla.