sábado, 28 de julio de 2018

Comentario lectura evangelio 28/07/18

¡Dejad crecer juntos la cizaña y el trigo!

En esta parábola que nos cuenta Jesús nos hace ver como Él conoce de sobra cada corazón y lo que anida en el. Todos tenemos una mezcla de “bien” y “mal”, de gracia y de pecado. Todo habita en nuestro corazón, Jesús en ningún momento intenta ocultar la realidad. Debemos contar con estas realidades dentro de nuestra vida, aparecen juntas, brotando ahí en la misma fuente de nuestro corazón. Tenemos que tener muy en cuenta la advertencia del dueño en la parábola, que no podemos separarlas hasta que llegue el tiempo oportuno.

La lección de paciencia de hoy por parte de Jesús debemos de saber acogerla. Los criados quieren ir a cortar la cizaña para separarla del trigo, pero Jesús nos explica cómo es mejor dejarla crecer junta, tendiendo así una mano al dialogo. Su paciencia reside en el amor de la espera, en la libertad de la persona, Dios confía en cada uno y espera que vuelva una y otra vez sobre sus pasos alejándose de todo lo que le lleve ser cizaña.

Aprendamos de la mano de Jesús, no solo de su paciencia con cada uno de nosotros, sino también a cómo actuar ante el hermano. Debemos ser tolerantes y comprensivos, cuidadosos con nuestros juicios precipitados. El mal existe y debemos trabajar para erradicarlo, pero desde el amor y la paciencia.

Gracias Jesús por tu confianza, por tu paciencia que es nuestra salvación.

(Monasterio Sta. María la Real - MM. Dominicas 
Bormujos Sevilla) 

jueves, 26 de julio de 2018

Comentario lectura evangelio 26/07/18

La vida discreta de María había de compaginarse con el silencio sobre sus antepasados. Sin embargo, la liturgia de la Iglesia parece intentar penetrar en ese silencio, no tanto para satisfacer nuestra curiosidad cuanto para darnos ocasión para celebrar los planes de Dios sobre la historia humana, que se había de convertir en una historia redimida.

«Alabemos a Joaquín y a Ana por su hija; en ella les dio el Señor la bendición de todos los pueblos».

Los protagonistas son los padres, pero el objeto de la alabanza es la providencia divina que, en María, prepara los caminos para la llegada del Salvador.

Procedentes de Galilea, se habrían trasladado pronto a Jerusalén donde vivirían en una casa cercana a la piscina Probática (o estanque de las ovejas), en la que Jesús curó a un hombre paralítico (In 5, 2). La actual iglesia de Santa Ana trata de evocar aquella tradición, aunque es cierto que subsiste también otra tradición que sitúa la vivienda de los padres de María precisamente en Séforis (Galilea).

La conmemoración de los santos Joaquín y Ana es una buena ocasión para recordar las raíces humanas de Jesús. En él, Dios se ha emparentado con la estirpe humana. El relato evangélico que se proclama en este día evoca las palabras con las que Jesús declara dichosos a sus contemporáneos por haber tenido la suerte de ver y oír lo que habían anhelado los profetas y los justos de otros tiempos.

Por otra parte, la imagen habitual de Santa Ana, acompañando a María y al pequeño Jesús, refleja, también para un tiempo de desentendimiento e individualismo, la necesaria relación y comprensión entre las generaciones. 

El día de hoy nos invita a hacer revivir en gratitud la memoria de los antepasados. No es extraño que esta fecha evoque con frecuencia entre los cristianos la presencia de los abuelos y la responsabilidad ética de ofrecer la necesaria atención integral a los ancianos

lunes, 23 de julio de 2018

Comentario lectura evangelio 24/07/18

¿Quién es mi madre?

Hoy, el Evangelio se nos presenta, de entrada, sorprendente: «¿Quién es mi madre?» (Mt 12,48), se pregunta Jesús. Parece que el Señor tenga una actitud despectiva hacia María. No es así. Lo que Jesús quiere dejar claro aquí es que ante sus ojos —¡ojos de Dios!— el valor decisivo de la persona no reside en el hecho de la carne y de la sangre, sino en la disposición espiritual de acogida de la voluntad de Dios: «Extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: ‘Éstos son mi madre y mis hermanos. Pues todo el que cumpla la voluntad de mi Padre celestial, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre’» (Mt 12,49-50).

Pero, ¿quién ha estado más dispuesto a realizar la voluntad de Dios que María? «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38). Por esto, san Agustín dice que María, primero acogió la palabra de Dios en el espíritu por la obediencia, y sólo después la concibió en el seno por la Encarnación.

Para seguir a Jesús, no basta decir que se cree en Él. No es suficiente formular propósitos día tras día y luego dejarlos olvidados o abandonarlos a medio camino. Quien vive así tiene una fe como muerta. Si la fe es verdadera, se convierte en amor, se traduce y expresa en la caridad. Una fe sin obras, sin caridad, sin fruto no es una fe genuina. La fe se ha de manifestar en una vida nueva según Dios. 

Las consecuencias de una fe de palabra que no se encarna en las obras son tristes y desconsoladoras. La auténtica amistad con Cristo influye en la vida y se consuma en el amor al prójimo. Tampoco podemos caer en el otro extremo de realizar obras aparentemente buenas pero que no estén motivadas por el amor a Dios o por la pureza de intención. 

La hipocresía, la búsqueda del propio bien o el deber por el deber no nos santifican. Imitemos el ejemplo de la Virgen María que supo siempre amar a Dios con su fe y sus obras.

(Fuente: Padre Pere Suñer y Regnum Christi)

martes, 17 de julio de 2018

Comentarios lectura evangelio 18/07/18


Aprender a vivir


De nuevo el evangelio nos habla de humildad, de sencillez, de ignorancia, de hacerse niño. Un niño confía plenamente en su padre/madre, imita sus palabras, sus acciones… es su espejo. Y sobre todo confía, no se cuestiona, se fía. Su padre no le va a dar un agua envenenada, ni lo va a llevar por caminos que sean peligrosos para él. Lo llevará de la mano para que no caiga, y sobre sus hombros para que no se canse.


Igualmente el Señor, él nos lleva de la mano, nos guía, consuela y sostiene. Solo hace falta que, como el niño, nos fiemos y confiemos, que seamos sencillos y humildes, y desde esta sencillez y humildad es desde donde podemos acercarnos al rostro de Dios, mirar a Jesús y aprender de él, puesto que la única forma de llegar al padre es a través del hijo.


Dios se revela constantemente, día a día nos está enseñando a vivir, nos enseña cómo tenemos que amar, pero hace falta que tengamos ese corazón sencillo y humilde. Sin esa actitud no podemos aprender a vivir.

(Fuente: Fraternidad Laical de Santo Domingo de Torrent, Valencia)

domingo, 15 de julio de 2018

Santo del dia: Virgen del Carmen

Virgen del Carmen


El día 16 de Julio se celebra la festividad de la Virgen del Carmen, Patrona del mar y de las Fuerzas Armadas Española. Se trata de una fiesta local y entrañablemente popular que se celebra en muchos lugares del interior pero especialmente es una fecha muy significativa para las gentes de la mar, que honran a la Virgen del Carmen como a la “Estrella de los mares”.
La palabra Carmen viene de Carmelo, Monte Carmelo, situado en Haifa, al norte de Israel, en la zona de Galilea.
Según cuenta la historia, un grupo de religiosos de Tierra Santa se instaló en el Monte Carmelo y construyó la primera iglesia dedicada a Santa María del Monte Carmelo. Estos religiosos fueron el origen de la Orden de los Carmelitas y su devoción por la Virgen permitió el nacimiento del culto a Nuestra Señora del Carmen.
Cuenta la leyenda que se celebra el 16 de Julio porque Simón Stock, superior de la orden, le pidió a la Virgen del Carmen una señal de su protección. Un 16 de julio la Virgen se le apareció con un escapulario y le dijo: “Esta es la señal de protección que te traigo. Todo aquel que muera llevando este santo escapulario, no verá las llamas del infierno.”
Desde entonces ese día se rinde homenaje a la Virgen del Carmen.

Celebración
El mar no es solo lugar de vacaciones y descanso, sino, sobre todo, es el escenario cotidiano de muchas personas que viven de él, marinos, pescadores que en él faenan, se afanan, se arriesgan, luchan. Ese inmenso azul supone una forma de vida, ardua y difícil, para muchos pueblos de nuestro litoral.
Las gentes de mar se encomiendan a la Virgen del Carmen para que la pesca sea buena, para que el tiempo sea claro, para superar los peligros. Esta gente de mar, agradecida y devota rinde culto a su Patrona, portando su imagen en una procesión, una romería marítima, como manda la tradición marinera.
Amanece el día 16 de Julio oliendo a mar, a flores, a devoción y gratitud, a alegría. La imagen de la Virgen es llevada por porteadores que se van metiendo descalzos en el mar, cantando la Salve marinera. Levantan la imagen y la suben a un barco. La Virgen Del Carmen continúa en procesión por el mar, cientos de barcos engalanados para la ocasión y repletos de marineros vienen a recibirla haciendo sonar sus sirenas. De vuelta a puerto la imagen sigue paseándose entre su gente.
En este ambiente de alegría y festividad los fuegos artificiales acompañan a la Virgen.
La belleza y el colorido de la fiesta, la procesión de la imagen de la Virgen por el mar, el canto de la Salve marinera y la alegría que todo lo inunda, es la expresión de la Fe, religiosidad y cultura de nuestras gentes marineras.



sábado, 14 de julio de 2018

Santo del Dia: Santa Marta


Santa Marta


Marta es hermana de María y de Lázaro y vivía en Betania, pequeña población distante unos cuatro kilómetros de Jerusalén, en las cercanías del Monte de los Olivos.
Jesús Nuestro Señor vivía en Galilea pero cuando visitaba Jerusalén acostumbraba hospedarse en la casa de estos tres discípulos en Betania, que, tal vez, habían cambiado también su morada de Galilea por la de Judea. Marta se esforzó en servirle lo mejor que pudo y, más tarde, con sus oraciones impetró la resurrección de su hermano.
San Juan nos dice que "Jesús amaba a Marta y a su hermana María y Lázaro" (Jn 11:5).
La resurrección de Lázaro
El capítulo 11 de San Juan narra el gran milagro de la resurrección de Lázaro. En aquella ocasión vuelve a hablarse de Marta. Lázaro se agravó de muerte mientras Jesús estaba lejos. Las dos hermanas le enviaron un empleado con este sencillo mensaje: "Señor aquel que tú amas, está enfermo". En un mensaje de confianza en que Jesús va actuar a su favor.
Pero Jesús, que estaba al otro lado del Jordán, continuó su trabajo sin moverse de donde estaba. A los apóstoles les dice: "Esta enfermedad será para gloria de Dios". Y luego les añade: "Lázaro nuestro amigo ha muerto. Y me alegro de que esto haya sucedido sin que yo hubiera estado allí, porque ahora vais a creer".
A los cuatro días de muerto Lázaro, dispuso Jesús dirigirse hacia Betania, la casa estaba llena de amigos y conocidos que habían llegado a dar el pésame a las dos hermanas. Tan pronto Marta supo que Jesús venía, salió a su encuentro y le dijo: "Oh Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano; pero aún ahora yo sé que cuánto pidas a Dios te lo concederá"
Jesús le dice: "Tu hermano resucitará".
Marta le contesta: "Ya sé que resucitará el último día en la resurrección de los muertos".
Jesús añadió: "Yo soy la resurrección y la vida. Todo el que cree en mí, aunque haya muerto vivirá. ¿Crees esto?"
Marta respondió: "Sí Señor, yo creo que Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo."
Jesús dijo: "¿Dónde lo han colocado?". Y viendo llorar a Marta y a sus acompañantes, Jesús también empezó a llorar. Y las gentes comentaban: "Mirad cómo lo amaba".

Y fue al sepulcro que era una cueva con una piedra en la entrada. 
Dijo Jesús: "Quiten la piedra"
Le responde Marta: "Señor ya huele mal porque hace cuatro días que está enterrado"
Le dice Jesús: "¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?"
Quitaron la piedra y Jesús dijo en voz alta: "Lázaro ven afuera"
Y el muerto salió, llevando el sudario y las vendas de sus manos.



El Banquete
Marta aparece también en un banquete en el que participa también Lázaro, poco después de su resurrección: también esta vez aparece Marta como la mujer ocupada en el servicio, pero puede ser que para entonces ya lo sabía someter al Señor con mas amor, sin quejarse ni compararse.
De los años siguientes de la santa no tenemos ningún dato históricamente seguro, aunque según la leyenda de la Provenza, Marta fue con su hermana a Francia y evangelizó Tarascón. Ahí se dice que encontraron, en 1187, sus pretendidas reliquias, que todavía se veneran en su santuario.
S. Marta es la patrona de los hoteleros, porque sabía atender muy bien.



miércoles, 11 de julio de 2018

Comentarios lectura evangelio 12/07/18

Comenzamos hoy a publicar comentarios a las lecturas del Evangelio del  día que sean mas relevantes o significativas.
No será todos los días, ya que en el link que tenemos ya viene con comentario.


“Gratuitamente han recibido este poder; ejérzanlo, pues, gratuitamente”.

La Iglesia nos invita a dar generosa y gratuitamente, nos estimula, por ejemplo a practicar las obras de misericordia. Éstas son acciones caritativas mediante las cuales ayudamos a nuestro prójimo en sus necesidades corporales y espirituales: Instruir, aconsejar, consolar, confortar, son obras de misericordia espiritual, como perdonar y sufrir con paciencia.

También existen obras de misericordia corporal que se resumen en dar de comer al hambriento, dar techo a quien no lo tiene, vestir al desnudo, visitar a los enfermos y a los presos, enterrar a los muertos
.
Para vivir pues la generosidad, no tenemos más que ver cómo actúa Dios en nuestras vidas. ¿No está toda nuestra vida marcada por la generosidad, por la benevolencia y por la misericordia de Dios? No tenemos nada que no lo hayamos recibido de Dios. El ejemplo de Cristo que se inmoló por nosotros nos ayuda de manera especial a entender que la vida que tenemos es para darla generosamente.

Lo primero que debemos dar es el ejemplo de una vida santa, hemos de repartir el amor de Dios a los demás, y todo “gratuitamente”, es decir, entregándonos sin reservas, sin esperar recompensas de Dios o del prójimo. Si damos, esperando recibir a cambio ¿qué merito tendremos?

Demos a nuestra vida un estilo verdaderamente cristiano que se caracterice por la caridad y la generosidad como Jesús nos enseñó.

Fuente: Regnum Christi

martes, 3 de julio de 2018

Santo del dia: Santa Ana y San Joaquin

Santa Ana y San Joaquin

No conocemos por los Evangelios a Ana y Joaquín, los padres de la Madre de Dios, sino sólo por ciertas tradiciones que se pueden remontar hasta la primera mitad del siglo II. 

El padre la madre de María constituyen el eslabón que une el antiguo Israel con el nuevo: Recibieron la bendición del Señor» y por ellos nos llega «la salvación prometida a todos los pueblos».

Dieron el ser a aquélla de la que había de nacer el Hijo único de Dios. De ahí que San Juan Damasceno les pueda saludar en estos términos: «Joaquín y Ana, ¡feliz pareja! la creación entera os es deudora; por vosotros ofreció ella al Creador el don más excelente entre todos los dones: una madre venerable, la única digna de Aquel que la creó».

El culto de Santa Ana ha crecido junto con la irradiación del de María. En Jerusalén, en la basílica de «Santa María, donde ella nació», conmemoraba Juan Damasceno, en el siglo VIII, a los abuelos de Jesús.
Del modo más natural dicha basílica se convertiría en la iglesia de Santa Ana de los Cruzados. Pero, ya desde el siglo VI, se honraba a Santa Ana en Constantinopla, en una basílica que fue dedicada en su honor un 25 de julio. El culto de San Joaquín pasó mucho más tarde a unirse al de su esposa.

Santo del dia: Santiago Apostol

Santiago Apóstol


El 25 de Julio se celebra la fiesta de Santiago Apóstol, patrón de España.

El apóstol Santiago, primer apóstol mártir, viajó desde Jerusalén hasta Cádiz (España). Sus predicaciones no fueron bien recibidas, por lo que se trasladó posteriormente a Zaragoza. Aquí se convirtieron muchos habitantes de la zona. Estuvo predicando también en Granada, ciudad en la que fue hecho prisionero junto con todos sus discípulos y convertidos. Santiago llamó en su ayuda a la Virgen María, que entonces vivía aún en Jerusalén, rogándole lo ayudase. La Virgen le concedió el favor de liberarlo y le pidió que se trasladara a Galicia a predicar la fe, y que luego volviese a Zaragoza.


Santiago cumplió su misión en Galicia y regresó a Zaragoza, donde corrió muchos peligros. Una noche, el apóstol estuvo rezando intensamente con algunos discípulos junto al río Ebro, cerca de los muros de la ciudad, pidiendo luz para saber si debía quedarse o huir. Él pensaba en María Santísima y le pedía que rogara con él para pedir consejo y ayuda a su divino Hijo Jesús, que nada podía entonces negarle. De pronto, se vio venir un resplandor del cielo sobre el apóstol y aparecieron sobre él los ángeles que entonaban un canto muy armonioso mientras traían una columna de luz, cuyo pie, en medio de un rayo luminoso, señalaba un lugar, a pocos pasos del apóstol, como indicando un sitio determinado.

Sobre la columna, se le apareció la Virgen María. Santiago se levantó del lugar donde estaba rezando de rodillas, y recibió internamente el aviso de María de que debía erigir de inmediato una iglesia allí; que la intercesión de María debía crecer como una raíz y expandirse. María le indicó que, una vez terminada la iglesia, debía volver a Jerusalén. Santiago se levantó, llamó a los discípulos que lo acompañaban, que habían oído la música y visto el resplandor; les narró lo demás, y presenciaron luego todos cómo se iba desvaneciendo el resplandor de la aparición. En el lugar de la aparición, se levantó lo que hoy es la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, un lugar de peregrinación famoso en el mundo entero que no fue destruido en la Guerra Civil española (1936-1939), puesto que las bombas que se lanzaron no explotaron, pudiéndose hoy en día verse expuestas en el interior de la Basílica.
Santiago partió de España, para trasladarse a Jerusalén, como María le había ordenado. En este viaje visitó a María en Éfeso. María le predijo la proximidad de su muerte en Jerusalén, y lo consoló y lo confortó en gran manera. Santiago se despidió de María y de su hermano Juan, y se dirigió a Jerusalén, donde al poco tiempo fue hecho prisionero.

Fue llevado al monte Calvario, fuera de la ciudad. Durante el recorrido, estuvo predicando y aún fue capaz de convertir a algunas personas. Cuando le ataron las manos, dijo: "Vosotros podéis atar mis manos, pero no mi bendición y mi lengua". Un tullido que se encontraba a la vera del camino, clamó al apóstol que le diera la mano y lo sanase. El apóstol le contestó: "Ven tú hacia mí y dame tu mano". El tullido fue hacia Santiago, tocó las manos atadas del apóstol e inmediatamente sanó.
Josías, la persona que había entregado a Santiago, fue corriendo hacia él para implorar su perdón. Este hombre se convirtió a Cristo. Santiago le preguntó si deseaba ser bautizado. Él dijo que sí, por lo que el apóstol lo abrazó y le dijo: "Tú serás bautizado en tu propia sangre". Y así se cumplió más adelante, siendo Josías asesinado posteriormente por su fe.

En otro tramo del recorrido, una mujer se acercó a Santiago con su hijo ciego para alcanzar de él la curación para su hijo, obteniéndola de inmediato. Una vez llegado al Monte Calvario, el mismo lugar donde años antes fue crucificado nuestro Señor, Santiago fue atado a unas piedras. Le vendaron los ojos y le decapitaron.

El cuerpo de Santiago estuvo un tiempo en las cercanías de Jerusalén. Cuando se desencadenó una nueva persecución, lo llevaron a Galicia (España) algunos discípulos.


lunes, 2 de julio de 2018

Santo del dia: Maria Magdalena

Santa Maria Magdalena.

Magdalena se deriva de Magdala, población situada sobre la orilla occidental del mar de Galilea, al norte de la ciudad de Tiberíades, o de expresión del Talmud que significa "rizar pelo de mujer", en referencia a las adúlteras.
Formó parte de los discípulos de Cristo, estuvo presente en el momento de su muerte y, en la madrugada del día de Pascua, tuvo el privilegio de ser la primera en ver al Redentor resucitado de entre los muertos (Mc 16, 9)Fue sobre todo durante el siglo XII cuando su culto se difundió en la Iglesia occidental.
La historia de María Magdalena es una de las más conmovedoras del Evangelio y también de las más enigmáticas. Se debate si la mujer que relatan varios pasajes del Evangelio es una o tres mujeres:
1- La pecadora que unge los pies del Señor. (Lc., VII, 37-50). 2- María Magdalena, la posesa liberada por Jesús, que se integró a las mujeres que le asistían (Lc. VIII; Jn XX, 10-18) hasta la crucifixión y resurrección. 3- María de Betania, la hermana de Lázaro y Marta. (Lc., X, 38-42).
El santoral litúrgico actual celebra a una sola: María Magdalena utilizando las referencias a su encuentro con Jesús resucitado.
La Pecadora que unge los pies del Señor en Galilea
San Lucas hace notar que era una "pecadora pública" pero no especifica que haya sido una prostituta.
Cristo cenaba en la casa de un fariseo donde la pecadora se presentó y al momento se arrojó al suelo frente al Señor, se echó a llorar y le enjugó los pies con sus cabellos. Después le ungió con el perfume que llevaba en un vaso de alabastro. El fariseo interpretó el silencio

y la quietud de Cristo como aprobación del pecado y murmuró en su corazón. Jesús le recriminó por sus pensamientos. Primero le preguntó en forma de parábola cuál de dos deudores debe mayor agradecimiento a su acreedor: aquél a quien se perdona una deuda mayor, o al que se perdona una suma menor. Y descubriendo el sentido de la parábola, le dijo directamente:
"¿Ves a esta mujer? Al entrar en tu casa, no me diste agua para lavarme los pies, pero ella me los ha lavado con sus lágrimas y me los ha enjugado con sus cabellos. Tú no me diste el beso de paz; en cambio ella no ha cesado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza y ella me ha ungido los pies. Por ello, te digo que se le han perdonado muchos pecados, pues ha amado mucho. En cambio, aquél a quien se perdona menos, ama menos". Y volviéndose a la mujer, le dijo: "Perdonados te son tus pecados. Tu fe te ha salvado. Vete en paz". (Lc. 7)
La discípula de Jesús, liberada de siete demonios
En el capítulo siguiente, San Lucas, habla de los viajes de Cristo por Galilea, dice que le acompañaban los apóstoles "y algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios" (Lucas 8:2). Lucas no específica ni niega que sea la misma pecadora que unge a Jesús, pero ciertamente se trata de una pecadora y es la misma persona que en Marcos 16:9 es testigo de la resurrección.
La hermana de Marta y Lázaro, residentes de Betania
Más adelante Lucas narra que, en "cierta población", el Señor fue recibido por Marta y su hermana María. Probablemente las dos hermanas se habían ido a vivir a Betania con su hermano Lázaro, a quien el Señor había resucitado a petición de ellas. Dada la mala reputación que tenía María en Galilea no sería extraño que los tres hermanos se mudaran a Betania (Judea).
Marta se ocupaba con afán de atender al Señor y le pide que dijese a su hermana que le ayudase, pues María estaba a los pies de Cristo para escuchar cuanto decía. El Señor respondió: "Marta, Marta, te preocupas por muchas cosas y sólo hay una necesaria. María ha escogido la mejor parte y no le será quitada" (Lc. 10:41).
Al pie de la Cruz
En la hora del Calvario, mientras casi todos abandonan a Jesús, allí estaba María Magdalena. ¡Cuánto se lo agradecería Jesús y la Virgen María! "Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Clopás, y María Magdalena". Juan 19:25
Entre las que siguieron a Jesús en Galilea ahora siguen a Jesús al Calvario
"Había allí muchas mujeres mirando desde lejos, aquellas que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirle. Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Santiago y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo". Mateo 27:55-56
Da testimonio de Cristo Resucitado
María Magdalena, con la otra María fueron las primeras en ir al sepulcro el domingo de Resurrección: "Pasado el sábado, al alborear el primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro" (Mateo 28:1) Iban con los perfumes para embalsamarlo... Descubrieron así que alguien había apartado la pesada piedra del sepulcro del Señor.
"Jesús resucitó en la madrugada, el primer día de la semana, y se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios". (Marcos 16:9)
María Magdalena, la pecadora convertida en contemplativa, fue la primera que vio, saludó y reconoció a Cristo resucitado.
Jesús la llamó: "¡María!" Y ella, al volverse, exclamó: "¡Maestro!" Y Jesús añadió: "No me toques, porque todavía no he subido a mi Padre. Pero ve a decir a mis hermanos: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios" (Jn 20:17)
El hijo de Dios quiso enseñarnos el alcance de su amor y de su poder redentor santificando a una pecadora, adentrándola en su infinita misericordia y enviándola a anunciar la resurrección a los Apóstoles.
Tradiciones sobre la vida posterior de María Magdalena
La tradición oriental afirma que, después de Pentecostés, María Magdalena fue a vivir a Efeso con la Virgen María y San Juan y que murió ahí. A mediados del siglo VIII, San Wilibaldo visitó en Efeso el santuario de María Magdalena. En el 886 fueron llevadas sus reliquias a Constantinopla.



Santo del Dia: Santo Tomas Apostol

Santo Toma Apóstol

La tradición antigua dice que Santo Tomás Apóstol fue martirizado en la India el 3 de julio del año 72. Parece que en los últimos años de su vida estuvo evangelizando en Persia y en la India, y que allí sufrió el martirio.
De este apóstol narra el santo evangelio tres episodios.
El primero sucede cuando Jesús se dirige por última vez a Jerusalem, donde según lo anunciado, será atormentado y lo matarán. En este momento los discípulos sienten un impresionante temor acerca de los graves sucesos que pueden suceder y dicen a Jesús: "Los judíos quieren matarte y ¿vuelves allá?
Cuenta San Juan (Jn. 11,16) "Tomás, llamado Dídimo, dijo a los demás: Vayamos también nosotros y muramos con Él". Aquí el apóstol demuestra su admirable valor.
La segunda intervención: sucedió en la Última Cena. Jesús les dijo a los apóstoles: "A donde Yo voy, ya sabéis el camino". Y Tomás le respondió: "Señor: no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?" (Jn. 14, 15).
Le dijo Jesús: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí"
Los creyentes recordamos siempre al apóstol Santo Tomás por su famosa duda acerca de Jesús resucitado y su admirable profesión de fe cuando vio a Cristo glorioso.

Dice San Juan (Jn. 20, 24) "En la primera aparición de Jesús resucitado a sus apóstoles no estaba con ellos Tomás. Los discípulos le decían: "Hemos visto al Señor". Él les contestó: "si no veo en sus manos los agujeros de los clavos, y si no meto mis dedos en los agujeros sus clavos, y no meto mi mano en la herida de su constado, no creeré". Ocho días después estaban los discípulos reunidos y Tomás con ellos. Se presentó Jesús y dijo a Tomás: "Acerca tu dedo: aquí tienes mis manos. Trae tu mano y métela en la herida de mi costado, y no seas incrédulo sino creyente". Tomás le contestó: "Señor mío y Dios mío". Jesús le dijo: "Has creído porque me has visto. Dichosos los que creen sin ver".

Tomás cometió un error al apartarse del grupo. Nadie está pero informado que el que está ausente. Separarse del grupo de los creyentes es exponerse a graves fallas y dudas de fe. Pero él tenía una gran cualidad: se negaba a creer sin más ni más, sin estar convencido, y a decir que sí creía, lo que en realidad no creía. El no apagaba las dudas diciendo que no quería tratar de ese tema. No, nunca iba a recitar el credo un loro. No era de esos que repiten maquinalmente lo que jamás han pensado y en lo que no creen. Quería estar seguro de su fe.
Y Tomás tenía otra virtud: que cuando se convencía de sus creencias las seguía hasta el final, con todas sus consecuencias. Por eso hizo es bellísima profesión de fe "Señor mío y Dios mío", y por eso se fue después a propagar el evangelio, hasta morir martirizado por proclamar su fe en Jesucristo resucitado. Preciosas dudas de Tomás que obtuvieron de Jesús aquella bella noticia: "Dichosos serán los que crean sin ver".