Este domingo hemos tenido la
oportunidad de celebrar la primera comida familiar del curso en nuestra
parroquia, un evento que reunió a un nutrido grupo de feligreses para disfrutar
de una jornada de convivencia y solidaridad.
Durante la jornada, los
asistentes pudieron degustar una deliciosa variedad de tapas, que incluyeron
platos tradicionales como un sabroso guiso de garbanzos, acompañado de chacinas
varias, que no dejaron indiferente a ninguno de los presentes. Esta comida no
solo permitió compartir buenos momentos en torno a la mesa, sino que también
ofreció la oportunidad de contribuir de manera económica a la parroquia, con
las aportaciones de cada uno de los participantes.
El evento marcó un gran inicio al
tiempo litúrgico de Adviento, un periodo de espera y preparación espiritual.
Con esta comida, la comunidad no solo comenzó a caminar hacia la Navidad, sino
que también se fortaleció en el sentido de unidad y apoyo mutuo, algo
fundamental para el crecimiento de la parroquia.
Este tipo de iniciativas no solo
promueven la interacción entre los miembros de la comunidad, sino que también
refuerzan el espíritu de solidaridad y generosidad, características que siempre
deben prevalecer en nuestro caminar cristiano. Sin duda, un gran comienzo para
este tiempo de Adviento, lleno de esperanza y fraternidad.
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