Actitudes necesarias para la
búsqueda y el encuentro con la sabiduría existencial
En el evangelio vemos cómo Jesús da gracias pues va descubriendo quiénes le entienden, le comprenden. Son la gente sencilla la gente que agobiada acude a Él, que la gente humilde, no sabe muchas cosas, pero se acerca a Él y le descubre. descubren su misión y descubren la sanación que provoca en ellos.
Ese descubrimiento le hace provocar unas invitaciones: todas nos dicen lo mismo: “Venid a mi” los que nos sentimos agobiados, fatigados. Nuestra vida nos produce fatiga, agobios, dificultades y en el encuentro con Él, nos sentiremos aliviados.
Como nos libera hace la llamada a descubrir que Él no impone, sino que su yugo es llevadero y la carga es ligera. Nos propone hacernos la vida, más ligera haciendo la vida más humana más sana, más digna. Jesús nos libera de miedos y prejuicios, que nos hacen vivir intranquilos y mal.
Finalmente, nos invita a aprender de Él. Es el mejor maestro para vivir la vida con una sabiduría enseñada, vivida y experimentada. Hemos de aprender a vivir como él. No propone a sus seguidores algo que Él no vivió.
Santa Teresa descubrió en el encuentro con Jesús una fuerza especial para actuar y renovar su vida y la de los demás. El Sinodo de la Sinodalidad tiene esta intención, renovar pastoralmente a la Iglesia, para ello, como la santa, dejémonos encontrar con Jesús y aprendamos de Él. No tenemos un maestro mejor. Ni otra fórmula mejor para renovarnos y renovar nuestra pastoral.
Fuente: Fr. Mitxel Gutiérrez Sánchez O.P., Convento de S. Valentín de Berrio Ochoa (Villava)
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