“Las has revelado a la gente sencilla”
La gente sencilla es la que acepta a Dios, como lo que es, nuestro Dios, un Dios Padre amoroso con todos nosotros, y que acepta todo lo que su Padre Dios le dice. No porque sean ignorantes y con pocas luces, sino porque saben que Dios es Dios, lleno de luz y de amor y confían en él y saben que nos les puede engañar. Este es el secreto de su relación con Dios.
Tenemos que pedir a nuestro Padre Dios que nos conceda la gracia de ser “gente sencilla” para que sigamos creyendo y viviendo todo lo que él, principalmente a través de su hijo Jesús, ha querido revelarnos… empezando por creernos de verdad, ahora que estamos en adviento, que nos ha querido tanto que ha sido capaz de enviarnos a Jesús, su propio Hijo, a nuestra tierra, para que nos enseñase el camino que conduce a la alegría de vivir y disipase muchas de las tinieblas que, a veces, nos rodean. Para que nos creamos que nuestra vida empieza bien, de la mano creadora de Dios, y termina bien, termina mejor al regalarnos la felicidad total para la que nos ha creado.
(Fuente: Manuel Santos Sánchez)
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