viernes, 9 de agosto de 2019

Comentario lectura evangelio 09/08/19

Mateo nos refiere en este pasaje la parábola de las vírgenes necias y las vírgenes prudentes, instruyéndonos para que no esperemos al momento final para prepararnos ante la llegada del “esposo”, es decir, la llamada de Dios; nos invita a que siempre estemos prestos y preparados, pues el Señor puede llamarnos en cualquier momento, debemos tener un corazón dispuesto para afirmarnos en su seguimiento y si, así lo hubiera decidido, presentarnos ante Él sin tener las manos vacías, por no haber sido previsores y no tener preparadas nuestras “alcuzas con aceite de reserva”.

Hoy la Iglesia celebra la memoria de Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein), que nació en el seno de una familia judía con fuertes convicciones, y que al ir creciendo y aumentando sus conocimientos, comprobó que muchas de sus preguntas no encontraban respuesta en sus creencias. Se alistó como enfermera en la I Guerra Mundial para entregarse al servicio de los más débiles, conviviendo muy de cerca con la muerte, lo que incrementó más sus dudas.

Estudiante privilegiada se graduó en Geografía y Filosofía, estudiando, entre otros, a Santo Tomás de Aquino, que junto a la lectura de las obras de Santa Teresa de Jesús, la ánimo a aceptar la fe de la Iglesia de Roma, a pesar de la oposición de su familia. Fue profesora de un colegio de dominicas y posteriormente ingresó en el Carmelo, entregándose a una vida de oración y contemplación.

La persecución Nazi obligó a que la destinaran a un monasterio carmelitano de Holanda por su ascendencia judía, pero aun así, fue detenida y llevada, junto a su hermana, al campo de exterminio de Auschwitz, cerca de Cracovia, donde fue asesinada en la cámara de gas el 9 de agosto de 1942.

Beatificada y Canonizada por el Papa San Juan Pablo II, la nombró Co-Patrona de Europa junto a Santa Catalina de Siena y Santa Brígida de Suecia.

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