viernes, 12 de octubre de 2018

Comentario lectura evangelio 14/10/18

Si el joven hubiese tenido espíritu de pobre, no se habría ido triste, habría quedado junto a Jesús. Pero, si por el contrario, aun siendo muy pobres, nuestro corazón está lleno de codicia llegaremos a ser ricos o unos desgraciados. Esto es así. Nadie con auténtico espíritu de pobre llegará a ser rico. Y nadie con el corazón lleno de codicia será pobre al estilo evangélico.

Es verdad, por otro lado, que en estos temas hay que ser muy cuidadosos en las interpretaciones. Al pobre total, quien apenas come y ve como sus hijos ni siquiera pueden desarrollarse físicamente, no se le puede hablar sólo de la pobreza en el espíritu. Hay que, primero, arrancarle de las garras de la pobreza severa y luego hablarle de esos matices.

Jesús se expresó muy bien, con precisión. Dijo: “No se puede servir a Dios y al dinero”. No hizo referencia a riquezas en especie o a otro tipo de posesiones, las cuales, en cierto modo, pueden servir para dar trabajo o cobijo a otros. Es el dinero lo que corrompe y cuando se coloca en el corazón del hombre, echa de él a Dios. Y hoy –vuelvo a repetirlo— estamos viviendo los terribles efectos de la suprema adoración al dinero. (Nocetnam)

(Fuente: Padre Ángel Gómez Escorial)

No hay comentarios:

Publicar un comentario