viernes, 10 de agosto de 2018

Comentario lectura evangelio 11/08/18

Por vuestra poca fe.

Un hombre se acerca a Jesús pidiéndole compasión para su hijo. Este hombre se arrodilla ante Él, este signo de arrodillarse es signo de adoración. Jesús no pide muchas explicaciones, hombre de misericordia, pide la presencia del muchacho. 

Previamente, lleno de desconcierto, se muestra duro con sus discípulos por su falta de fe y por impedir así la sanación. Esa falta de fe, de confianza le entristece, ellos no son capaces de percibir el poder de Dios. El poder otorgado a los discípulos no viene sino del actuar en nombre de Dios, y no el propio. Dios es nuestra roca, nuestra seguridad.

La fe que es autentica, aunque sea pequeña como el grano de mostaza, es participación del poder de Dios.

Hoy seguimos viviendo con una fe pobre, débil, que nos tiene atados y apegados a todo lo de este mundo. Tenemos que aprender a confiar, a ver la nueva Luz que Jesús nos da. Desde allí seremos liberados de tantas esclavitudes. Necesitamos una fe fuerte que nos ayude a despertar a confiar.

(Fuente: Monasterio Sta. María la Real - MM. Dominicas 
Bormujos, Sevilla) 

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