El poder de la fe
El Evangelio describe a un hombre con un espíritu inmundo, que tenía su morada en los sepulcros, y nadie podía atarle, ni aun con cadenas. Andaba desnudo dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras.
Ambiente de muerte y destrucción de violencia y de tormento; de autolesión y autodestrucción, enfrentándose a fuerzas físicas y poderes espirituales que buscan la destrucción de la persona. Esto nos muestra la profunda angustia, el dolor y tormento interior que aquel hombre sentía… vivía entre los muertos; presentaba claras tendencias suicidas; situación de opresión y muerte.
El hombre pregunta: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? (conoce quien es Jesús)
Jesús pregunta ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo. Es como si Jesús le dijera; cae en la cuenta de que tú no eres eso… eso es la ideología (de la legión de destrucción y muerte) y la sola presencia de Jesús lo saca de un mundo impuro (cerdos) y su pregunta hace que el espíritu salga y el sanado empiece a experimentar una vida nueva restaurada su libertad y dignidad (vestido) y en su sano juicio.
Cristo no es bienvenido por las ideologías de destrucción, locura y muerte, de injusticia y ceguera materialista. Le piden que se vaya.
Y ahora es Jesús el que le pide al que ha sanado: Vete a tu casa, a los tuyos y anuncia lo que Dios ha hecho contigo por su misericordia.
Cristo deseaba restaurar a este hombre social y familiarmente. El hogar debe ser el primer lugar donde el creyente debe dar evidencias de su nueva vida.
Sigue el camino de Jesús; lucha contra ideologías de deshumanización, injusticia y locura, y colabora en todo lo que sea devolver la dignidad a las personas, hacer la vida más humana y anuncia el poder de la fe que es un gran camino para destruir ideologías, humanizar y dignificar la vida.
Fuente: Fr. Isidoro Crespo Ganuza O.P., Convento de S. Valentín de Berrio Ochoa (Villava)
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