viernes, 24 de junio de 2022

Comentario lectura evangelio 25/06/22

La celebración de hoy en honor del Inmaculado Corazón de María está vinculada muy de cerca con la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, celebrada ayer. No es así por mero accidente. Cuando honramos al Sagrado Corazón de Jesús celebramos claramente el gran amor de nuestro Señor, mostrado al morir por nosotros en la cruz, y que sigue mostrándonoslo día a día. María vivía íntimamente unida a su Hijo; no solamente porque era su madre, sino porque ella amaba y ama a todos y cada uno por los que su Hijo vivió, murió y resucitó de entre los muertos. Su corazón es suficientemente ancho como para incluirnos a todos nosotros en su amor. Ella está con nosotros, en nuestras penas y alegrías.

Un corazón sin mancha, lleno de Dios, abierto totalmente a obedecerle y escucharle. El corazón, en el lenguaje de la Biblia, se refiere a lo más profundo de la persona, de donde emanan todos sus pensamientos, palabras y obras. ¿Qué emana del corazón de María? Fe, obediencia, ternura, disponibilidad, espíritu de servicio, fortaleza, humildad, sencillez, agradecimiento, y toda una estela inacabable de virtudes.

El tesoro de María es su Hijo, y en Él tiene puesto todo su corazón; los pensamientos, palabras y obras de María tienen como origen y como fin contemplar y agradar al Señor.

Pidámosle a Dios tener el gozo de amarle cada día de un modo más perfecto, con todo el corazón, como buenos hijos de la Virgen.

(Fuente nocetnam)

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