domingo, 7 de julio de 2019

Comentario lectura evangelio 08/07/19

Qué escena tan conmovedora nos presenta el evangelio. Un padre, agobiado por el dolor se acerca a Jesús y con confianza le pide que vuelva a su hija a la vida. Así nos debemos acercar al Señor. Debemos presentarle nuestras necesidades, nuestros dolores, nuestras penas y preocupaciones. En seguida hemos de confesarle que esperamos en Él. Hemos de abandonarnos en sus manos con absoluta seguridad, convencidos de que el Señor nos volverá a la vida, es decir, nos sostendrá y nos dará lo que nos conviene. La oración es la fuerza más grande del corazón humano. La oración nos acerca al Dios todopoderoso quien nos otorga las gracias que más necesitamos. Antes de obrar el milagro, Jesús hizo salir a la gente que rodeaba la casa donde se encontraba la niña. De igual manera, si queremos que Jesús se acerque a nuestra existencia, debemos hacer salir a todos aquellos que se interpongan entre Él y nosotros, debemos echar todos esos estorbos, malos hábitos o costumbres que nos alejan de la fe y, en definitiva, del Señor.

Hacen falta hombres y mujeres como Jairo o como la hemorroísa, que no teman manifestar ante los demás la propia fe con valor. El testimonio de vida cristiana es un instrumento eficaz para hacer presente a Cristo en el mundo.

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