En este pasaje nos sorprende Jesús con una respuesta “y a ti que te importa” que le dice a Pedro cuando le pregunta por el futuro de Juan, no es una “mala contestación” sino el preámbulo perfecto para resaltar lo que viene después: “Tú, sígueme”.
Jesús llama a Pedro a su seguimiento, y con él nos llama a nosotros. Todos somos discípulos del Señor. Nuestro seguimiento es consecuencia de haberlo conocido, de amarlo y de estar totalmente comprometidos con Él y con su Evangelio. Nadie puede andar ese camino por nosotros, ni nosotros marcar el paso de los otros. El seguimiento de Jesús es único e intransferible para cada persona. Tenemos que descubrir lo que Dios ha soñado para nosotros y pedir la gracia y la fuerza para ser fieles a la llamada del Señor.
(Fuente nocetnam: MM. Dominicas Monasterio de Sta. Ana ,Murcia)
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