Seguramente que nos llama la atención la dureza de esta frase, con la que Jesús contesta a la mujer. Jesús usa el mismo lenguaje con que los israelitas, aun hoy día, tratan a los extranjeros: ”perros gentiles”. Para poder entender estas palabras en boca de Jesús debemos leerlas en el contexto en que las pronuncia.
Los fariseos le estaban tentando y querían cogerle incumpliendo la Ley y quebrantando sus costumbres, Jesús, que los conoce, contesta a la mujer con la misma frase que lo hubieran hecho ellos; estas frases hechas, dependen del sentido que se les dé, y creo que en esta ocasión, Jesús , al pronunciarla se dirigía a ellos con cierta ironía, pero a la mujer con bondad, se puede deducir de la confianza con que ella le contesta: “También los perritos comen de las migajas que tiran los niños”.
La fe, de esta mujer gentil, era grande y Jesús le concedió lo que pedía.
Cuando Jesús realiza milagros, no es para que la gente crea en él, generalmente lo hace de acuerdo a la fe de sus interlocutores.
Jesús, no vino sólo para el pueblo de Israel, vino para todos los hombres, también para “los perros gentiles”, gracias a él, ya podemos llamar a Dios Padre, somos todos hijos, del mismo Dios. A cambio solo nos pide fe.
Pidamos: “Señor, yo creo, pero aumenta mi fe.”
Fuente: Hna. María Pilar Garrúes El Cid,
Misionera Dominica del Rosario
No hay comentarios:
Publicar un comentario