El Evangelio de Marcos, nos presenta cómo Jesús escoge a los doce y los envía a predicar de dos en dos. Es una forma nueva de hablar de Dios donde la paz se ha de expresar con obras y palabras.
La conversión es volver la mirada al Dios próximo o cercano. Dios no está alejado de nuestra realidad. Volver la mirada a Dios significa algo nuevo, cambiar tus pensamientos con la nueva realidad que estás viviendo.
Jesús les da instrucciones precisas a sus discípulos acerca de cómo comportarse y lo que han de llevar para el camino. Un estilo pobre. El simple apoyo de un bastón para recorrer el camino áspero que se puedan encontrar.
Y es que esta sociedad nos presenta otros cánones de vida y necesidades. Jesús hace de la necesidad una virtud. No todo nos hace falta. Para hablar de Dios con la palabra y el testimonio es suficiente. Quizás lo hayamos olvidado. La calidad de nuestro testimonio no está basada en la cantidad de nuestras exigencias, sino en la calidad humana (amor fraterno y hospitalidad) que expresamos cuando hablamos de Dios, liberados de toda esclavitud.
(Fuente nocetnam: Convento de San Pablo y San Gregorio ,Valladolid)
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