Bartolomé es uno de los 12 Apóstoles (Mt 10,3).
El apóstol Felipe lo llevó a Jesús. Bartolomé es la misma persona que
Natanael, mencionado en el Evangelio de San Juan, donde nos dice que era de
Caná. (Jn 21,2)
Los Hechos de los Apóstoles mencionan también su presencia en Pentecostés
(1,13).
Según la tradición, después de la ascensión del Señor, predicó el Evangelio
en la India, donde recibió la corona del martirio.
Felipe dice a Natanael que han encontrado al Mesías esperado. Natanael al
principio duda al saber que Jesús es de Nazaret. Felipe insistió: «Ven y lo verás.» (v.46). Es entonces
que ocurre el encuentro entre Jesús y Natanael.
Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él:
«Ahí tenéis a un israelita de verdad, en
quien no hay engaño.» -Le dice Natanael: « ¿De qué me conoces?» -Le respondió Jesús: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te
vi.» -Le respondió Natanael: «Rabbí,
tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.» -Jesús le contestó: « ¿Por haberte dicho que te vi debajo de la
higuera, crees? Has de ver cosas mayores.» Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el
cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»
(Jn 1:47-51)
Según la Martiriología Romana, Bartolomé predicó en la India y en Armenia,
donde murió mártir. Todavía con vida le arrancaron la piel y fue decapitado por
el Rey Astyages en Derbend. Según la tradición este martirio ocurrió en
Abanopolis, en la costa occidental del Mar Caspio, después de haber predicado
también en Mesopotamia, Persia y Egipto.
Según Eusebius, Pantenus de Alejandría (Siglo II) encontró en la India un
Evangelio de San Mateo atribuido a Bartolomé y escrito en hebreo. Dicho
evangelio es apócrifo y fue condenado en el decreto de Pseudo-Gelasius.
Las reliquias de San Bartolomé, según una tradición, fueron enterradas en
la isla de Lipara y eventualmente fueron trasladadas a Benevento, Italia y
después a Roma donde ahora están en la Iglesia de San Bartolomé, en la
"Isola San Bartolomeo" del río Tiber. Se dice que la Reina Emma, la
esposa del Rey Canute entregó uno de sus brazos a Canterbury en el siglo XI.
En la iconografía se le representa con barba, un libro y un cuchillo
(utilizado en su martirio).
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