lunes, 30 de junio de 2025

Comentario lectura evangelio 01/07/25

Fe es igual a confianza de que le importamos a Jesús

Es necesario leer cada trozo del evangelio dentro de su contexto para poder entender su significado profundo.

Este texto de san Mateo viene después del Sermón de la montaña, donde Jesús ha expuesto su mensaje. Una pregunta queda abierta entonces: ¿este mensaje tiene utilidad y eficacia, o son simplemente bellas palabras?

Por eso, le sigue una sección de milagros: Jesús y su mensaje tienen eficacia. Pero entonces surge otro interrogante: ¿Y quién y cómo va a acompañar y seguir esta tarea?

Son precisas personas que tengan dos características: que sigan a Jesús sin condiciones ni seguridades materiales (Mt 8, 18-22) y con una gran confianza en él pase lo que pase. Esto último es el sentido del evangelio de hoy: la tempestad calmada. La tormenta es símbolo de todas las dificultades que tendrá que arrostrar cada creyente y la comunidad entera en medio de la vida. Y en esos momentos, parece que Jesús duerme.  Incluso surge la duda, como indicará el texto paralelo de Marcos: 4, 38: “Maestro ¿no te importa que perezcamos?

Oír Jesús que nosotros creamos que no le importamos a él, le subleva. ¡Si él ha dado, está dando y estará dando continuamente su vida por nosotros para darnos vida! : ”Como el Padre me amó, así yo también os he amado a vosotros” (Jn 15, 9). ”Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos” (Jn 15, 13-14)

No confiar en Jesús en cualquier circunstancia de la vida, no seguirle con un corazón dispuesto, no hacer vida su mensaje, es no creer en Jesús.

¿Siento que Dios es mi amigo, como lo fue de Abraham? ¿En las horas buena y en las horas malas ¿siento que le intereso a Jesús y reafirmo mi confianza en él?

Fuente: Fr. Francisco José Rodríguez Fassio, Convento de Santo Domingo Ra’ykuéra – Asunción (Paraguay).

Comentario lectura evangelio 30/06/25

"Tú, sígueme"

Es curioso que en los versículos anteriores se nos narrase tres curaciones que Jesús realiza: un ciego, un paralítico y la fiebre de la suegra de Pedro. Acto seguido la gente busca a Jesús, se acerca y el texto pone de relieve la fe, la llamada y el seguimiento, en la clave más profunda de lo humano. Con sus luces y sus sombras. Con el ideal que empuja a entregar la vida y con la limitación humana que te lleva a la continua excusa.

Jesús lanza una llamada en clave personal: «Tú, sígueme». Lo que sucede que no es tan fácil discernir el llamado que hace el Maestro. No es sencillo atisbar esa voz de Dios en medio de un continuo ruido de la sociedad que intenta apagar una voz de verdad y de sentido pleno. Por ello, se emplea la imagen de que los muertos entierren a sus muertos. Hoy día se dan con relativa facilidad esos escenarios de muerte, en los que se ha perdido un horizonte de valores evangélicos. Una verdad que sustente tú vida. Un sueño e ideal por el cual luchar, perseguir. Esfuerzo, tesón, coherencia, fidelidad, empatía, escucha, diálogo, superación… No están de moda en la sociedad en la que trata Jesús de echar las redes para conseguir amigos que siembren la realidad del Reino de Dios.

«¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?» (Mt 1,18). La eterna pregunta del discipulado. Qué nos va a tocar en suerte o quién va a ser el primero. En esa clave, siempre, van a aparecer las excusas, celos, resentimientos y no habrá la posibilidad de una entrega total de la vida. Ver el seguimiento en clave mercantil, yo me entrego mientras le esté sacando partido a esto. Mientras me llene y no me de complicaciones. Solo unos años de mi vida.

«Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos» (Jn 15,13). El planteamiento de Jesús tumba por completo los proyectos de la sociedad. Marca una hoja de ruta distinta y que necesita ser abrazada y acogida desde el amor por el cual te has sentido llamado a participar en el proyecto del Reino. No te puedes guardar nada. Estás continuamente expuesto, a la intemperie, en las manos de otros y para otros. Gastarte, partirte, repartirte, al igual que lo hizo Él. Lo que recibes debes de entregarlo con agradecimiento.

Por ello, después de pasar por el proceso de muerte, se llega a la resurrección, con un mandato clave: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación» (Mc 16,15). Libertad total y absoluta para gritar al mundo el evangelio de la salvación. Jesús nos quiere libres, desprendidos, itinerantes, para de este modo ser testigos veraces de su salvación.

Fuete: Fray Juan Manuel Martínez Corral O.P., Real Convento de Nuestra Señora de Candelaria (Tenerife)

domingo, 29 de junio de 2025

Comentario lectura evangelio 29/06/25

Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.

En este Año Santo nos os hemos invitado a cumplir, materialmente o en espíritu y por la intención, un peregrinaje a Roma, al corazón de la Iglesia católica. Con todo, es demasiado evidente que  Roma no constituye el término de nuestro peregrinaje en el tiempo. Ninguna ciudad santa de aquí abajo es nuestra meta. Ésta está oculta más allá de este mundo, en el corazón del misterio de Dios, todavía invisible para nosotros... Para los apóstoles Pedro y Pablo, Roma ha sido este término, donde los santos han derramado su sangre como último testimonio.

La vocación de Roma estriba de los apóstoles; el ministerio que nos toca ejercer desde aquí es un servicio a favor de la Iglesia universal e incluso de toda la humanidad. Es un servicio irremplazable, ya que, según el beneplácito de su sabiduría, Dios colocó Roma, la ciudad de Pedro y de Pablo en el itinerario que conduce a la Ciudad Eterna, porque confió a Pedro las llaves del Reino de los cielos. Pedro unifica en su persona el colegio de todos los obispos. Lo que queda aquí en Roma, no por la voluntad del hombre, sino por una providencia libre y misericordiosa del Padre, del Hijo y del Espíritu, es la “solidez de Pedro”, como la define San León Magno: Pedro no cesa de ocupar su sede; conserva una participación plena en el ministerio de Cristo, Soberano Pontífice. La estabilidad propia de la piedra que él ha recibido de la piedra angular que es Cristo (1Cor 3,11), una vez establecido como Pedro-Piedra, (Mt 16,16) la transmite a todos sus sucesores.

Fuente: San Pablo VI, papa 1963-1978 

sábado, 28 de junio de 2025

Horarios de la parroquia Julio, Agosto hasta 08 de Septiembre 2025

Horarios de la parroquia Julio, Agosto hasta 08 de Septiembre 2025

 A partir del próximo 01 de Julio al 08 de Septiembre los horarios de la Parroquia serán:


APERTURA

El templo de lunes a viernes: 

     - 19:30 a 21:15 h.

Domingo y festividades religiosas:

     - 11:00 a 12:30 h
     - 19:30 a 21:15 h

MISAS

Domingos y festividades religiosas:

     - 11:30 h
     - 20:30 h

Lunes a Viernes:

     - 20:30 h

Sábados y Vísperas de festivos:

     - 20:30 h

DESPACHO

Lunes a viernes en C/Santo Rey, 23 (Junto al templo):

     - 18:00 a 19:30 h  (de Martes a Viernes)
     

Tf. Parroquia: 954 53 13 15- 696 755 131

e-mail: psanbernardo@hotmail.com

viernes, 27 de junio de 2025

Comentario lectura evangelio 28/06/25

Las virtudes de la bienaventurada Virgen

Durante la misa en la que Gertrudis debía comulgar,  vio a la gloriosa Madre del Señor maravillosamente adornada con el resplandor de todas las virtudes. Postrándose humildemente a sus pies, el alma se puso a rezar pidiéndole prepararla para recibir el Cuerpo y la Sangre santísimos de su Hijo. La bienaventurada Virgen entonces le posó sobre el pecho un bellísimo collar con siete espigas, cada una plena de piedras preciosas.

Esto simbolizaba las principales virtudes por las que la Virgen había agradado al Señor. La primera espiga con las piedras preciosas figuraba su llamativa pureza; la segunda, su fecunda humildad; la tercera, sus fervientes deseos; la cuarta, su luminoso conocimiento; la quinta, su amor inextinguible; la sexta, su soberana alegría; la séptima, su inalterable paz. Así, cuando el alma se presentó a la mirada de Dios, adornada con este collar, el Señor estuvo tan encantado y cautivado por la belleza de estas virtudes, que como embelesado de amor, se inclinó hacia ella con toda la potencia de su divinidad. ¡Oh maravilla! La atrajo enteramente hacia Él y tomándola tiernamente sobre su corazón, le prodigó afectuosas caricias. (…)

El Espíritu Santo, como una brisa ligera, parecía venir del Corazón del Señor y, con su suavísimo soplo, pasó con dulzura sobre las siete espigas con piedras preciosas del collar portado por el alma. Las piedras hacían de instrumento musical, para cantar una antífona a la alabanza de la Santísima Trinidad. 

Fuente: Santa Gertrudis de Helfta (1256-1301), monja benedictina

jueves, 26 de junio de 2025

Comentario lectura evangelio 27/06/25

Regocijaos conmigo, porque he encontrado a mi oveja, la que había perdido

Siento que Jesús está cada vez más cerca de mí. Ha permitido estos días que caiga en el mar, que me ahogue en la consideración de mi miseria y de mi orgullo, para hacerme comprender hasta qué punto tengo necesidad de él. En el momento en que estoy a punto de sumergirme, Jesús, caminando sobre las aguas, viene, sonriente,  a mi encuentro para salvarme. Quisiera decirle con Pedro: “Apártate de mí, Señor, que soy un pecador” (Lc 5,8) pero la ternura de su corazón se me adelanta y con la dulzura de sus palabras me dice: “No tengas miedo” (Lc 5,10).

¡Oh, nada temo a vuestro lado! Descanso enteramente en vos; como la oveja perdida siento los latidos de vuestro corazón; Jesús, una vez más os digo que soy todo vuestro, vuestro para siempre. Con vos soy verdaderamente grande; sin vos no soy que una débil caña, pero apoyado en vos soy una columna. No debo olvidar jamás mi miseria, no para temblar continuamente, sino para que, a pesar de mi humildad y mi confusión, me acerque cada vez con más confianza a vuestro corazón, porque mi miseria es el trono de vuestra misericordia y de vuestro amor.

Fuente: San Juan XXIII (1881-1963), papa

miércoles, 25 de junio de 2025

Comentario lectura evangelio 26/06/25

No basta con decir ‘Señor, Señor'... hay que hacer la voluntad del Padre

Y ya puede ser, porque decir que dejaremos nuestra voluntad en otra parece muy fácil, hasta que, probándose, se entiende es la cosa más recia que se puede hacer, si se cumple como se ha de cumplir...que sabe el Señor lo que puede sufrir cada uno, y a quien ve con fuerza no se detiene en cumplir en él su voluntad.

Pues quiéroos avisar y acordar qué es su voluntad. No hayáis miedo sea daros riquezas ni deleites ni honras ni todas estas cosas de acá; no os quiere tan poco y tiene en mucho lo que le dais, y quiéreoslo pagar bien, pues os da su reino aun viviendo.” (Viendo lo que el Padre dio a su Hijo)...

Pues veis aquí, hijas, a quien más amaba lo que dio, por donde se entiende cuál es su voluntad. Así que éstos son sus dones en este mundo. Da conforme al amor que nos tiene: a los que ama más, da de estos dones más; a los que menos, menos, y conforme al ánimo que ve en cada uno y el amor que tiene a Su Majestad. A quien le amare mucho, verá que puede padecer mucho por El; al que amare poco, poco. Tengo yo para mí, que la medida del poder llevar gran cruz o pequeña, es la del amor.

Así que, hermanas, si le tenéis, procurad no sean palabras de cumplimiento las que decís a tan gran Señor, sino esforzaos a pasar lo que Su Majestad quisiere...Porque sin dar nuestra voluntad del todo al Señor para que haga en todo lo que nos toca conforme a ella, nunca deja beber de ella (fuente del agua viva).

Fuente: Santa Teresa de Ávila (1515-1582), carmelita descalza y doctora de la Iglesia