La multitud quedó admirada, pero
algunos dijeron…
“Estaba Jesús echando un demonio
...” Estaba Jesús ayudando a una persona a liberarse de un mal y no podía
hablar. En Mt 7,37 leemos, refiriéndose a Jesús, “todo lo hizo bien, curar a
los ciegos, hablar a los mudos…”
“Los Evangelios dejan muy claro
que una de las acciones que Jesús realizo con frecuencia fue la expulsión de
demonios. En algunos casos se trataba de enfermedades puramente físicas, como
es el caso del joven epiléptico, al que Jesús cura tras bajar del monte en el
que se transfiguró, ante tres de sus discípulos. En otros casos eran
enfermedades psíquicas como, por ejemplo, la depresión, la obsesión o la
adicción” (Jesús expulsa los «demonios» la lucha contra los «espíritus
inmundos» en los evangelios, Fray Julián de Cos, O.P.)
En cualquier caso, la persona
necesita ser liberada de algo que la tiene presa. El espíritu del mal tiene
mucha fuerza para retener a las personas en su reino.
“La gente quedó maravillada. Pero
algunos dijeron: Expulsa a los demonios con el poder de Belzebú “(Lc. 15).
Jesús pone de manifiesto en su contestación que actúa con el poder de Dios, el
Espíritu está con Él, o el dedo de Dios como se expresa en Lucas. “Si yo echo
los demonios con el poder de Dios es que el Reino de Dios ha llegado a
vosotros”. (Lc 20).
Jesús muestra su autoridad sobre
Satanás liberando al hombre de sus esclavitudes “el mudo comenzó a hablar” y
proclamando la llegada del Reino de Dios.
El espíritu del mal, su reino,
también está en este mundo, Jesús, es capaz de arrojarlo fuera de nuestra vida.
Hay una línea sutil que separa las posibilidades del hombre de obrar según el
espíritu de Jesús o el espíritu del mal, de aquí la necesidad de pedir al Señor
la Gracia del discernimiento. El que no está conmigo está contra mí, nos dirá
Jesús.
Ante la intervención de Jesús a
favor de aquel hombre, la multitud quedó admirada, pero, algunos ponen de
manifiesto la hostilidad que se ha venido dando entre Jesús y los fariseos, y
buscan razones para no ver el origen del poder de Jesús. Jesús les responde con
autoridad.
Muchas veces, también nosotros
tenemos dificultad en reconocer hechos, maravillosos o no, que hacen otras
personas por el bien de la humanidad, de la familia, de la comunidad, del
barrio. Es importante que el Señor nos ayude a limpiar los ojos y el corazón
para ver y reconocer.
Pasó haciendo el bien y curando a
los oprimidos por el diablo (cf Hch10,38)
Señor, nosotros también, muchas
veces, como el pueblo elegido, no escuchamos tu voz, no queremos complicarnos la
vida en favor de los demás, nos cuesta a veces ser mensajeros de tu Palabra, y
sabemos que hoy como entonces, no te cansas de enviarnos mensajes y mensajeros
para renovar nuestro compromiso de fidelidad.
Ayúdanos para que el espíritu del
mal no habite en nuestro corazón y seamos capaces de descubrir todo el bien y
la bondad que hay a nuestro alrededor. También nosotros queremos “pasar por
este mundo haciendo el bien”
Gracias por que nunca te cansas
de llamarnos a la conversión y a nuestro compromiso por vivir según tu
Palabra.
Fuente: Hna. Mariví Sánchez
Urrutia, Congregación de Dominicas de La Anunciata