viernes, 3 de enero de 2025

Comentario lectura evangelio 04/01/25

¿Dónde moras?

La inquietud indeterminada que mueve a los discípulos, se concreta con una pregunta: ¿Qué buscáis? No solo buscan al Maestro, sino que confiesan el deseo de algo más estable e íntimo: ¿Dónde moras? Como si dijeran: ¡Queremos estar contigo, queremos ser parte de tu día a día! A la respuesta que Jesús les da, corresponden con una actitud de desprendimiento de aquello en lo que estaban, de confianza en aquel que les hablaba y de compromiso: fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él. La experiencia de aquella hora es tan decisiva que los convierte en anunciadores: Hemos encontrado al Mesías.

A nosotros se nos invita a este mismo viaje, en una dirección a la inversa. ¿Qué buscas? nos pregunta Jesús. Su respuesta, Ven y verás, no es una invitación a una expedición por lejanos y exóticos mundos ni hogares ajenos a nosotros; sino una mano que golpea discretamente a nuestra puerta. No encontraremos al Maestro lejos de nosotros ni de nuestra realidad más cotidiana. Jesús no tiene una casa a la que invitarnos, sino que quiere ser invitado a la nuestra. Es una insinuación a abrir nuestro corazón, darle permiso para ser el Huésped de nuestra alma y dejar que se quede con nosotros todo el día, cada día, haciéndolo todo nuevo: Ven, entra en lo más profundo de tu ser, deja de huir, y déjame que te acompañe: verás las cosas de otro modo.

Encontrar a Jesús y hacerle Señor de nuestro hogar –de nuestra vida− no necesariamente hará que todo sea distinto, ni que desaparezcan los problemas; pero contemplaremos que habita cada esquina, rincón, aspecto y confín de nuestro día a día y su Presencia es la que salva e ilumina nuestra existencia. Así, llevando a Jesús en nuestro interior, nuestras obras serán de justicia y nuestra vida será manifestación inequívoca de que el Reino de Dios ha llegado, como recordaba la primera lectura. Nuestro anunció será eficaz y creíble, y serán muchos los que llevaremos al Maestro para que Jesús se quede con ellos y ellos con Él.

Fuente: Sor Teresa de Jesús Cadarso O.P. , Monasterio Santo Domingo (Caleruega)

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