«Muchos vendrán de oriente y
occidente y se sentarán en el banquete del Reino»
El reino de los cielos, mayor que
la largueza de una caridad sin límites, contiene personas "de toda lengua,
pueblo, tribu y nación" (Ap 5,9), no es estrecho, ya que por el contrario,
se expande y en consecuencia aumenta la gloria de cada uno. Por lo cual dijo
San Agustín: "Cuando están involucrados en la misma alegría, la alegría de
cada uno es más abundante, ya que todos se encienden unos a otros." La
magnitud del Reino se expresa por las palabras de la Escritura: "Pídemelo
y te daré las naciones como herencia" (Sal 2,8): "Vendrán muchos de
Oriente y Occidente, y se juntarán con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de
los cielos». Ni la multitud de aquellos que lo deseen, ni la multitud de los ya
existentes, ni la multitud de aquellos que lo poseen, ni la multitud de los que
llegan, estrecharán el espacio en este Reino y no perjudicarán a nadie.
Pero ¿por qué confío y espero que
poseeré el Reino de Dios? Ciertamente, gracias a la generosidad de Dios que me
invita: " Buscad primeramente el reino de Dios" (Mt 6:33). A causa de
la verdad que me consuela: "No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre
os dará el reino" (Lucas 12:32). Debido a la bondad y la caridad con que
me han rescatado: "Tú eres digno, Señor, de tomar el libro y abrir sus
sellos, porque fuiste degollado y nos has redimido para Dios, con tu sangre, a
hombres de toda tribu, lengua y pueblo y nación. Ha hecho para nuestro Dios, un
reino de sacerdotes que reinan sobre la tierra "(Ap 5,9-10).
Fuente: San Buenaventura (1221-1274) franciscano, doctor de la Iglesia
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