Todo lo ha hecho bien
Decir que Jesús todo lo ha hecho bien cuando acaba de hacer un milagro es fácil. Pero hay momentos en nuestra vida que no somos capaces de pronunciar estas palabras y ponemos objeciones. Cuando las cosas no ocurren como pensábamos o no nos gustan, más o menos implícitamente decimos que Dios se ha equivocado.
No estamos mudos, pero nuestra boca no pronuncia palabras de alabanza al Señor, tampoco estamos físicamente sordos, pero sólo nos escuchamos a nosotros mismos y nuestros lamentos. En esos momentos es cuando necesitamos acercarnos a Jesús y que pronuncie sobre nosotros “Effetá”, ábrete.
La fe viene por la predicación y la predicación llega a nosotros por la palabra, principalmente hablada. Pidamos al Señor que abra nuestros oídos para acoger con confianza el mensaje de la salvación y que con nuestra boca siempre lo bendigamos. Que nuestra fe siempre nos haga proclamar que todo lo ha hecho bien, porque es Él quien lo ha permitido y es para nuestro bien.
(Fuente nocetnam: Monasterio de Sta. Ana, Murcia)
No hay comentarios:
Publicar un comentario