domingo, 27 de diciembre de 2020

Comentario lectura evangelio 27/12/20

"Dios hace al padre más respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre sobre la prole" (Si 3, 3)

Hay un orden natural que el Creador ha establecido desde el principio y que debe durar hasta el final. Los padres merecen el respeto y la veneración de los hijos. Estos, al fin y al cabo, le deben la vida, que es lo más grande y hermoso. Además, a nuestros padres debemos lo que somos y tenemos. Ellos nos iniciaron en el camino que hemos recorrido y se sacrificaron -a veces de forma heroica- para sacarnos adelante. Se desvelaron cuando fue necesario, se preocuparon por nuestro bien, sufrieron y lloraron por nuestro mal.

Por todo eso son merecedores de nuestra gratitud, de todos los sacrificios que sean precisos para atenderles y cuidarlos. Con ello no haremos sino cumplir con nuestro deber, pagar una deuda pendiente, una cuenta antigua e ineludible. Además de ser un deber de estricta justicia, Dios ha querido que sea también la mejor manifestación de una auténtica caridad. Por eso el Señor valora y paga con creces cuanto hagamos por nuestros padres. Si no amamos con obras a los nuestros, difícilmente podremos amar, según Dios, a los demás.

(Fuente nocetnam: Antonio García-Moreno)


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