jueves, 24 de diciembre de 2020

Comentario lectura evangelio 25/12/20

La Palabra era la luz verdadera, vino a su casa y los suyos no la recibieron. Como en la Misa de anoche, hoy vuelve a aparecer la simbología de la luz que brilla en la tiniebla. San Juan, en el prólogo de su Evangelio, compara la Palabra con el símbolo de la luz. Y afirma que la luz no fue recibida cuando vino a su casa. Es decir, Cristo, Palabra del Padre, se ha hecho carne, ha venido al mundo, sin embargo el mundo no recibe esa Palabra, no la escucha. El mundo de hoy prefiere la tiniebla a la luz. Cuando volvemos en Navidad al portal de Belén, recordamos cómo Jesús tuvo que nacer en un portal por no tener sitio en la posada. Dios no fue recibido por los hombres cuando se hizo hombre. La luz que disipa la oscuridad no es aceptada por muchos que prefieren vivir en la tiniebla. Un ejemplo lo tenemos en estos días de Navidad, que en medio de tanto trasiego, mucha gente vive como si Dios no existiese. Es triste celebrar la Navidad como nos la presenta el mundo, una Navidad sin Dios, en tiniebla, sin hacer caso a la luz.

En este día grande de la Natividad del Señor, estamos llamados a redescubrir el valor de este misterio. Jesucristo, Palabra del Padre, que existe desde siempre, por el que hemos sido creados, ha venido a nosotros para iluminar nuestra vida. Acerquémonos hoy al portal de Belén, asomémonos al pesebre, contemplemos a ese niño recién nacido y descubramos en él a Dios con nosotros. Él nos trae la paz, la felicidad y la luz que ilumina nuestras vidas. Este es el mejor deseo para estas fiestas de Navidad.

(Fuente Nocetnam: Por Francisco Javier Colomina Campos)

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