Hoy celebramos la fiesta de la dedicación de San Juan de Letrán. Fue la primera iglesia, como edificio, de los primeros cristianos de Roma. Hasta entonces, los cristianos se reunían en sus casas para orar y celebrar la eucaristía. También lo hacían a escondidas, en las catacumbas, porque era la época de las persecuciones. Una vez que éstas acabaron, se construyó esta iglesia en siglo IV y se consagró y dedicó al culto cristiano. Se declaró como la catedral del obispo de Roma, del Papa. Esta fiesta quiere significar también la unión que los cristianos de todo el mundo tenemos con el Papa, con el obispo de Roma, que es lo mismo que resaltar la unión de todos los cristianos con Cristo y en Él. Por eso, la iglesia de San Juan de Letrán es llamada “la madre de todas las iglesias”. Éste el origen y el significado de esta fiesta.
Nosotros también somos templos de Dios. Este templo tiene unas características especiales. Se nos regala el cimiento. Este cimiento no es obra nuestra, no lo ponemos nosotros: es el mismo Jesucristo. Apoyándonos en él, fundamentándonos en él, viene nuestro trabajo: construir el edificio de nuestra persona a “lo Cristo”. Que nuestros ojos sean los de Cristo, que nuestra mente sea la de Cristo, que nuestros sentimientos sean los de Cristo… para que podamos decir con verdad: “Ya no soy yo quien vive es Cristo quien vive en mí”. Ésta es nuestra vocación y nuestro trabajo.
Fuente Nocetnam: Fray Manuel Santos Sánchez.
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