lunes, 2 de noviembre de 2020

Comentario lectura evangelio 03/11/20

Jesucristo no se contentó con venir a nuestro encuentro. Él quiere una total unión con nosotros. Éste es el sentido de las imágenes del banquete. La Eucaristía es esto: Dios mismo, viene a nosotros y nos atrae hacia Sí. Sin embargo, ante este gran don podemos tener la actitud de los invitados de los que habla el Evangelio. Nos justificamos e invertimos lo mejor de nuestro tiempo en el goce de los bienes, trabajos o deberes que tenemos, dejando los sacramentos y la oración para “después”. Pero de este modo ¡nos perdemos el gran banquete que Dios mismo nos ha preparado! Por tanto, el Evangelio nos enseña a vivir de acuerdo a prioridades, nos invita a orientar todo hacia lo más importante: la relación con Dios. La celebración eucarística no es un mero deber, sino una necesidad interior del cristiano. Pensemos: “Yo también soy uno de esos invitados del Evangelio”. ¡La verdadera vida se tiene estando con el Señor! ¿Qué vamos a hacer para no perdernos el gran banquete al que Dios nos invita?

Fuente Nocetnam: Regnum Christi.

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