miércoles, 14 de octubre de 2020

Comentario lectura evangelio 15/10/20

Me llama la atención en la elección de este texto evangélico para la fiesta de Santa Teresa que la Iglesia le aplique las palabras de Jesús alabando a Dios por haberse revelado a los sencillos. Desde la perspectiva que da la distancia, y conociendo algunos de sus escritos y sus andanzas, podemos tener la impresión de que se movía en las “grandes alturas”. Y sin embargo, Teresa era sin duda una mujer sencilla. Su tiempo no permitía imaginar siquiera que una mujer tuviera formación y menos aún una elevada formación como podía suponérsele a algunos de los clérigos de su época. Sin embargo, su personalidad y su encuentro amoroso con Dios la convirtieron en referencia espiritual, en maestra, en la gran mística autora de obras literarias espirituales que han merecido miles de estudios… en doctora de la Iglesia.

Su visión, su decisión, su capacidad para liderar una reforma como la de la orden carmelitana le supuso enormes dificultades y sufrimientos. No se arredró. Sabía de quién se había fiado, y tuvo siempre la confianza de poner los problemas, dificultades, incomprensiones y desconciertos que generaba su modo de entender la vida religiosa, su reforma de la misma, su espiritualidad… en manos de Aquel que es el único que puede hacerse cargo hasta el fondo de nuestros cansancios y agobios, y promete aliviarlos.

Ojala vayamos aprendiendo, también nosotros, a dejarnos en esas manos amorosas en las que podemos encontrar descanso.

(Fuente nocetnam: Hna. Gotzone Mezo Aranzibia)


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