domingo, 24 de marzo de 2019

Comentario lectura evangelio 25/03/19

Hágase en mí según tu palabra. Ante el misterio realmente sólo podemos cerrar los ojos y decir amén... Y los caminos de Dios son para nosotros casi siempre un misterio. Para muchos problemas y situaciones, tanto personales, como sociales, no tenemos una explicación racional y lógica que nos acalle y nos convenza. Si somos creyentes, tenemos que confiar en Dios y aceptar su voluntad. Esto que decimos cuando tratamos de situarnos religiosamente ante el problema del mal físico o social, vale también para situarnos religiosamente ante muchas otras situaciones extrañas e incomprensibles. A la Virgen María, la joven doncella de Nazaret tuvo que pasarle algo parecido cuando se encontró, de forma tan súbita e inesperada, ante el anuncio del ángel Gabriel. Su reacción primera fue de susto e incomprensión. “Vas a concebir en tu seno y vas a dar a luz un hijo…” “¿Cómo será esto, pues no conozco varón?” “El poder del Altísimo te cubrirá con su sombra”. No lo entendía, pero tenía fe y confianza en Dios. ¿Qué podía hacer ella, humilde criatura del Creador? Dios siempre es un misterio y ante el misterio sólo cabe cerrar los ojos de la razón, abrir de par en par los ojos de la fe y decir “amén”. “Hágase en mí según tu palabra”.

(Fuente nocetnam: Gabriel González del Estal)

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