martes, 5 de marzo de 2019

Comentario lectura evangelio 06/03/19

Limosna, oración y ayuno. Para que podamos aprovechar bien este tiempo de Cuaresma, para no dejar caer en saco roto la gracia que Dios desborda en nosotros durante este tiempo, la Iglesia nos ofrece tres medios de los que ya habla Jesús en el Evangelio que escuchamos hoy. La limosna, la oración y el ayuno, cuando los vivimos debidamente, son instrumentos que nos ayudan a acercarnos más a Dios, a vaciarnos un poco de nosotros mismos para que podamos escucharle a Él, para que podamos estar cerca de Él. La limosna, que no es sólo dar a un pobre algo de dinero que nos sobra, sino que es dar de lo nuestro, darnos a nosotros mismos, nos ayuda a desprendernos de tantas cosas que obstaculizan nuestro camino hacia Dios. La oración, que no es sólo repetir unas frases que nos hemos aprendido de memoria, sino que es el trato frecuente de amistad con el Señor, escucharle y hablar con Él, nos ayuda a abrir nuestros oídos a la Palabra, conocer más de cerca el Misterio de Dios, entrar en diálogo con el Señor. Y finalmente el ayuno, que no es sólo comer menos, como si se tratase de una dieta para adelgazar, sino que es privarnos de tantas cosas que nos distraen, nos ayuda a buscar sólo lo que es necesario, es decir, nos ayuda a poner nuestra total confianza sólo en Dios. Estos medios, vividos no por sentirnos bien con nosotros mismos ni para que los demás nos aplaudan, sino vividos en el silencio donde sólo Dios nuestro Padre nos ve, nos acercarán más al Señor y nos devolverán la amistad con Él que hemos perdido a causa de nuestro pecado. Y así, como dice el Papa Francisco en el mensaje para la Cuaresma de este año, podremos volver a encontrar la alegría del proyecto que Dios ha puesto en la creación y en nuestro corazón, es decir amarle, amar a nuestros hermanos y al mundo entero, y encontrar en este amor la verdadera felicidad.

(Fuente nocetnam: Francisco Javier Colomina Campos)

No hay comentarios:

Publicar un comentario