viernes, 1 de marzo de 2019

Comentario lectura evangelio 02/03/19

La acogida de Jesús a los niños nos muestra que debemos vivir reconociéndonos dependientes de Dios, pobres de espíritu y necesitados de su amor y de su gracia,  y, también, necesitados de la ayuda de nuestros hermanos en nuestro camino de seguimiento de Cristo,  con la confianza incondicional que los niños  tienen, para recibirlo todo de buena gana, sin poner “peros”.

Debemos poner toda la atención en aquello que recibimos y en lo que tenemos entre manos, como hacen los niños, que tienen los ojos abiertos para ver, y las manos tendidas para recibir con asombro. Dios se nos revela con imprevisible novedad, con asombrosa cercanía siempre nueva y siempre creadora, orientándonos hacia el futuro, porque es la actitud más humana y completa para abrirnos a Él sin reserva y, dar cabida al Reino de Dios en nuestra vida.

Una vez que aceptemos el Reino de Dios como un niño, entraremos en él, y será entonces cuando culmine en nosotros la infancia espiritual que, lejos de ser ñoñería infantil es: vivir con madurez responsable ante Dios y en nuestro propio ambiente.

Dirijamos nuestra mirada confiada a María, Madre de Dios y Madre nuestra, y pidámosle que con su materno amor nos acompañe siempre y nos sostenga en nuestro caminar hacia el Reino de Dios.

(Fuente nocetnam: Monasterio de Santa Catalina de Siena ,Paterna)

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