“Traten de entrar por la puerta estrecha” (Lc 13,24)
No podemos tener nada estable en
un mundo en el que hemos venido para pasar. Para nosotros, vivir es cada día
dejar la vida y pasar. (…)
La mutabilidad, el hombre no la
sigue solamente en su cuerpo, sino también en su alma, cuando se esfuerza en
subir hacia lo mejor. Bajo el peso de su mutabilidad, el alma es llevada sin
cesar hacia lo que ella no es. Si ella
no es retenida en su primer estado por la estricta vigilancia de la disciplina,
resbala hacia lo peor. Manteniendo su esfuerzo hacia lo mejor, realiza una
subida a contra corriente. Si se relaja en su intención de subir, es llevada
sin esfuerzo hacia el bajo fondo.
Sí, subir es esfuerzo y descender
facilidad, y es por la puerta estrecha que entraremos. El Señor lo recuerda:
“Traten de entrar por la puerta estrecha” (Lc 13,24). En el momento que
menciona la entrada por la puerta estrecha, primero recuerda: “Traten”, ya que
sin la ferviente contención del espíritu, es invencible la fuerza de este mundo
que lleva sin cesar el alma hacia lo bajo.
Fuente: San Gregorio Magno (c.
540-604), papa y doctor de la Iglesia
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