domingo, 15 de junio de 2025

Comentario lectura evangelio 16/06/25

¡Paciencia y caridad!

[Santa Catalina escuchó a Dios decirle:] El alma, por medio del prójimo y de las injurias que de él recibe, puede comprobar si tiene o no tiene en sí mismo la virtud de la paciencia. Si te fijas, verás cómo la humildad se prueba ante la soberbia, es decir, que el humilde apaga el orgullo del soberbio, quien no puede hacerle ningún daño. La fidelidad se prueba ante la infidelidad del malvado, que no cree ni espera en mí; él no puede hacer perder a mi siervo la fe ni la esperanza que tiene en mí. El  justo no deja de practicar la justicia cuando comprueba la injusticia ajena. La benignidad y la mansedumbre se ponen de manifiesto en el tiempo de la ira. La caridad se manifiesta frente a la envidia y el odio, buscando la salvación de las almas. Todas las virtudes se prueban y se ejercitan por el prójimo, de la misma forma que, mediante él, los malos manifiestan toda su malicia. (…)

Aunque vea a su prójimo infiel y sin esperanza en mí, mi siervo fiel no deja por eso de amarlo constantemente y de buscar siempre, en mí, la salvación para su prójimo. Así, la infidelidad y desesperanza del prójimo permiten manifestarse y prueban la fe del creyente.

No solamente se ponen de relieve las virtudes en aquellos que por el mal devuelven un bien. Muchas veces mis siervos con el fuego de su caridad disuelven el odio y el rencor del iracundo, y convierten el odio en benevolencia. Esto ocurre por la perfecta paciencia con que soportan la ira del inicuo, sufriendo y tolerando sus defectos. Tal es la eficacia de la caridad y la paciencia del que sufre la ira del malvado sin quejarse.

De igual modo, la fortaleza y la perseverancia del alma se prueban sufriendo los ataques de los que intentan apartarla del camino de la Verdad, bien sea por injurias y calumnias, o mediante halagos. Si al sufrir estas contrariedades la persona permanece fuerte y resiste a la adversidad, da buena prueba que la virtud de fuerza es concebida en su interior. Ella se prueba en su relación con el prójimo.

Fuente: Santa Catalina de Siena (1347-1380), terciaria dominica, doctora de la Iglesia, copatrona de Europa

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