Los fariseos espiaban a Jesús. Se fijaban en el cumplimiento de la regla más que en el amor a Dios. El Señor rompe con sus esquemas y les llama a vivir una fidelidad nueva que ponga por encima de la ley, la caridad. De igual modo, Cristo nos invita a romper con nuestros modos de vivir y a empezar a hacer todo motivados por el amor a Él. ¿Seré fiel hoy a la llamada de Jesús o como los fariseos rechazaré en la práctica su mensaje? El Señor nos llama a practicar una caridad universal y delicada, a tiempo y a destiempo, que no se reserve nada, que se brinde a todos, que hable positivamente de todos… Seguir a Cristo, predicarlo y transmitirlo significa pasar, como Él, haciendo el bien. Estemos atentos para no conformarnos con poco. Hay que dedicarse a trabajar por los demás con gran generosidad y abnegación. ¡No nos cansemos nunca de hacer el bien!
Fuente nocetnam.
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