domingo, 20 de diciembre de 2020

Comentario lectura evangelio 21/12/20

Dichosa tú, que has creído”. 

María fue llamada dichosa, no por el hecho de ser Madre de Dios, sino por su fe. Su sí generoso e inmediato fue lo que le permitió convertirse en Madre de Jesús, nuestro Salvador. Esto nos llama a cultivar en nuestro corazón, como María, la capacidad de asombro y de fe en el poder de Dios. Por otra parte, María es verdaderamente nuestra Madre. Ella es afectuosa y solícita con todas nuestras necesidades. Por medio de María, Dios nos muestra su ternura y misericordia. A Ella le podemos confiar nuestras necesidades y preocupaciones. María también nos enseña a entregarle nuestra voluntad a Dios, a no querer afirmar nuestros deseos, por muy importantes que nos parezcan, sino a dejar todo en manos del Señor. Imitemos la bondad y disposición de María para ayudar a los demás. Pensemos que cuando Ella acudió a visitar a su prima Isabel se encontraba en los primeros meses de embarazo, que con frecuencia, suelen ser difíciles. A pesar de eso María, con inquebrantable fortaleza, se puso al servicio de su prima.

(Fuente nocetnam)

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