Las grandes obras requieren una preparación especial; Jesús quiere a escoger a sus apóstoles, los que después serán cimientos de su Iglesia, para ello se prepara, se retira a hacer oración (nos dice el texto evangélico que pasó toda la noche sólo, en oración), la elección es importantísima, los que elija serán los que comunicarán al mundo “lo que han visto y oído” mientras fueron compañeros de Jesús durante su vida pública. Entre ellos están los dos apóstoles cuya fiesta celebramos: Simón y Judas, los dos fueron fieles testigos del Evangelio, los dos dieron su vida por proclamar la verdad de Cristo, único Salvador, salvación que Él nos otorgó, con su muerte y resurrección, Él nos dio ejemplo de vida: “Pasó por el mundo haciendo el bien, curando toda dolencia y enfermedad” invitándonos a seguir su ejemplo.
Seremos sus testigos si vivimos cómo Él haciendo el bien y ayudando a cuantos nos necesiten. Como lo hicieron los apóstoles Simón y Judas Tadeo.
(Fuente nocetnam)
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