martes, 26 de marzo de 2019

Comentario lectura evangelio 28/03/19

«Jesús no deja lugar a dudas: Dios — cuyo rostro Él mismo nos ha revelado — es el 
Dios de la vida, que nos libra de todo mal. Los signos de este poder suyo de amor  son las curaciones que realiza: así demuestra que el reino de Dios está cerca,  devolviendo a hombres y mujeres la plena integridad de espíritu y cuerpo. Digo que  estas curaciones son signos: no se quedan en sí mismas, sino que guían hacia el  mensaje de Cristo, nos guían hacia Dios y nos dan a entender que la verdadera y  más profunda enfermedad del hombre es la ausencia de Dios, de la fuente de  verdad y de amor. Y sólo la reconciliación con Dios puede darnos la verdadera  curación, la verdadera vida, porque una vida sin amor y sin verdad no sería vida. El  reino de Dios es precisamente la presencia de la verdad y del amor, y así es  curación en la profundidad de nuestro ser. Por tanto, se comprende por qué su  predicación y las curaciones que realiza siempre están unidas. En efecto, forman un  único mensaje de esperanza y de salvación»


Benedicto XVI

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