viernes, 11 de enero de 2019

Comentario lectura evangelio 12/01/19

Nos sugiere el Evangelio pensar que si la alegría de Juan fue grande por saber que era Cristo quien estaba bautizando, lo fue también por tener la oportunidad de estar compartiendo este hecho con los discípulos que había estado formando. Y es que ya era una realidad que su predicación de penitencia y conversión se abría, con el Señor, hacia el horizonte de la Redención. Quizás nosotros, padres de familia o formadores y educadores, hemos de aprender de Juan a no cejar en el esfuerzo por instruir y formar con seriedad a quienes Dios nos ha confiado, y de esta manera, como Juan, saber que el fin de nuestra labor ha de ser encauzarlos hacia la definición por la persona de Jesucristo.

La frase de Juan: “Es preciso que Él crezca y yo disminuya” puede convertirse en el lema de todo el que quiera seguir a Cristo. Podría ser éste el fundamento de esa renovación que, con la ayuda del Espíritu Santo, debemos hacer de nuestra vida. Hemos de darle el primer lugar en nuestro corazón al Señor y empezar o reanudar la vivencia de un programa en el que oración y vida de sacramentos sean el cimiento, el apoyo y el sostén del actuar.

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