sábado, 16 de marzo de 2019

Comentario lectura evangelio 19/03/19

San José fue un ejemplo de persona servicial, callada y generosa. Siempre tuvo muy claro que no trabajaba para él, sino que toda su vida estaba al servicio de su esposa María y de su hijo Jesús. A eso se comprometió desde el mismo momento en que decidió creer el anuncio del ángel y obedecer el mandato del Señor. Buen ejemplo para nosotros. Menos buscar nuestra propia gloria y nuestra propia seguridad económica, social, y hasta religiosa, y más buscar servir, callada y religiosamente, a las personas que necesitan nuestra ayuda. Para nosotros,  el bien de las personas debe estar por encima de rangos sociales  y por encima de legisladores y leyes de turno. Ante una persona angustiada, marginada, o simplemente necesitada, nuestra primera obligación es siempre atender y amar a esta persona; el juicio legal, y hasta moral, sobre el comportamiento de esa persona es algo muy posterior. Aunque José fue objeto de grandes privilegios, Dios no le ahorró la cruz y el dolor. No obstante, la felicidad de este santo no se empañó porque la roca de su vida era estar con Cristo, no sólo tenía una cercanía física con el Señor, sino sobre todo, vivía unido a su voluntad. Por último, al igual que José, tengamos muy cerca de nosotros a María.

(Fuente nocetnam: Gabriel González del Estal)

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