miércoles, 24 de abril de 2024

Comentario lectura evangelio 25/04/24

Anunciad la Buena Nueva a toda la creación.

Después que Nuestro Señor fue resucitado de entre los muertos y los apóstoles fueron revestidos de la fuerza de lo alto por la venida del Espíritu Santo (Lc 24,49), tuvieron la certeza absoluta y el conocimiento perfecto sobre todo. Entonces llegaron hasta los extremos de la tierra (Sl 18,5), y ellos que poseían todos por igual y cada uno en particular el Evangelio de Dios,  proclamaron la buena nueva que nos viene de Dios y anunciaron a los hombres la paz del cielo.

Así Mateo, para los hebreos, y en su propia lengua, publicó una  forma escrita de Evangelio, mientras que Pedro y Pablo evangelizaron Roma y fundaron la Iglesia. Marcos, el discípulo e intérprete de Pedro (1P 5,13), después de la muerte de éste nos transmitió también por escrito la predicación de Pedro. Por su parte, Lucas, el compañero de Pablo, consignó en un libro el Evangelio predicado por ése. Finalmente, Juan, el discípulo del Señor, el mismo que reclinó su cabeza sobre el pecho de Jesús, publicó también el Evangelio, durante su estancia en Éfeso…

Marcos, intérprete y compañero de Pedro, presentó de esta manera el principio de su redacción del Evangelio: “Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Está escrito en el Profeta Isaías: Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino”… Vemos que Marcos hace de las palabras de los santos profetas el comienzo del Evangelio, y aquel que los profetas proclamaron Dios y Señor,  Marcos lo designa ya al principio como Padre de nuestro Señor Jesucristo… Al final de su Evangelio, Marcos dice: “El Señor Jesús, después de hablarles, ascendió al cielo y se sentó a la derecha de Dios”. Es la confirmación de la palabra del profeta: “Oráculo del Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha y haré de tus enemigos estrado de tus pies” (Sl 109,1).

Fuente: San Ireneo de Lyon (c. 130-c. 208), obispo, teólogo y mártir

martes, 23 de abril de 2024

Comentario lectura evangelio 24/04/24

Hoy, Jesús grita; grita como quien dice palabras que deben ser escuchadas claramente por todos. Su grito sintetiza su misión salvadora, pues ha venido para «salvar al mundo» (Jn 12,47), pero no por sí mismo sino en nombre del «Padre que me ha enviado y me ha mandado lo que tengo que decir y hablar» (Jn 12,49).

Todavía no hace un mes que celebrábamos el Triduo Pascual: ¡cuán presente estuvo el Padre en la hora extrema, la hora de la Cruz! Como ha escrito san Juan Pablo II, «Jesús, abrumado por la previsión de la prueba que le espera, solo ante Dios, lo invoca con su habitual y tierna expresión de confianza: ‘Abbá, Padre’». En las siguientes horas, se hace patente el estrecho diálogo del Hijo con el Padre: «Padre, perdónales porque no saben lo que hacen» (Lc 23,34); «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu» (Lc 23,46).

La importancia de esta obra del Padre y de su enviado, se merece la respuesta personal de quien escucha. Esta respuesta es el creer, es decir, la fe (cf. Jn 12,44); fe que nos da —por el mismo Jesús— la luz para no seguir en tinieblas. Por el contrario, el que rechaza todos estos dones y manifestaciones, y no guarda esas palabras «ya tiene quien le juzgue: la Palabra» (Jn 12,48).

Aceptar a Jesús, entonces, es creer, ver, escuchar al Padre, significa no estar en tinieblas, obedecer el mandato de vida eterna. Bien nos viene la amonestación de san Juan de la Cruz: «[El Padre] todo nos lo habló junto y de una vez por esta sola Palabra (...). Por lo cual, el que ahora quisiese preguntar a Dios, o querer alguna visión o revelación, no sólo sería una necedad, sino que haría agravio a Dios, no poniendo los ojos totalmente en Cristo, evitando querer otra alguna cosa o novedad».

Fuente: P. Julio César RAMOS González SDB, (Mendoza, Argentina)

lunes, 22 de abril de 2024

Comentario lectura evangelio 23/04/24

El padre y yo, nosotros somos UNO

He aquí la fe católica: veneramos a un Dios en la Trinidad y a la Trinidad en la unidad, sin confundir a las personas, sin dividir la sustancia: una es, en efecto, la persona del Padre, otra la del Hijo y otra la del Espíritu Santo; pero el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo tienen una misma divinidad, una gloria igual, una misma majestuosidad eterna. Así como es el Padre, es el Hijo y el Espíritu Santo: increado es el Padre, increado el Hijo e increado el Espíritu Santo... De este modo el Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu Santo es Dios; y sin embargo ellos no son tres dioses, sino un mismo Dios...

Esta es la fe sin desviaciones: nosotros creemos y confesamos que nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios, es Dios y hombre: Él es Dios, de la sustancia del Padre, engendrado antes de los siglos; y Él es hombre, de la sustancia de su madre, nacido en el tiempo: Dios perfecto, hombre perfecto, compuesto de un alma razonable y un cuerpo humano, igual al Padre según la divinidad, inferior al Padre según la humanidad. Aunque Él sea Dios y hombre, no existen dos Cristos sino un solo Cristo: uno, no porque la divinidad haya pasado a la carne, sino porque la humanidad fue asumida por Dios; una unión no por mezcla de sustancias, sino por la unidad de la persona. Porque, al igual que el alma razonable y el cuerpo forman un hombre, Dios y el hombre forman un Cristo. Él sufrió por nuestra salvación, descendió a los infiernos, resucitó al tercer día de entre los muertos, subió a los cielos, y está sentado a la derecha del Padre; desde allí vendrá a juzgar a vivos y muertos.

Fuente: Símbolo “Quicumque”, atribuido a san Atanasio (entre 430 y 500)

Agenda Visita Pastoral del Sr. Obispo


Parroquia San Bernardo

Sevilla.

Calendario de la Visita pastoral del Sr. Obispo del 6 al 12 de mayo de 2024.

Lunes día 6:

13:00h.- Encuentro con la Comunidad sacerdotal de los Jesuitas residentes junto al Porta Coeli y que es la comunidad de Sevilla.

14:00h.- Comida con la misma comunidad.

18:00h. - reunión con La Junta de economía Parroquial y visita al piso inhabilitado y pendiente de reforma del coadjutor.

19:30h.- Santa Misa.

20:00h.- Reunión con el Consejo Pastoral Parroquial.

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Martes día 7:

17:00h.- Caritas Parroquial.

18:00h.- Retiro de Emaús.

19:30h.- Santa Misa.

20:00h.- Taller de Oración de Jóvenes y se invitara al de adultos. Y monitores del Movimiento Scouts Católico.

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Miércoles día 8:

-Por la mañana visita al Colegio de San Bernardo, tiene Guardería, Primaria, Secundaria, bachillerato y FP. Hora a determinar con el Colegio, pero ocupara gran parte de la mañana.

17:00h.- Reunión con lo voluntarios de “Iglesia Abierta”, mantienen el templo abierto por las mañanas.

18:00h.- Grupo de señoras de formación semanal, llamado Betania.

19:30h.- Santa Misa.

20:00h.- Grupo de formación de adultos Palabra de Vida.

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Jueves día 9:

17:00h.- Reunión con los padres y madres de los niños de la Catequesis que se han estado reuniendo semanalmente con una catequista para recibir formación propia.

18:00h.- Reunión con los Catequistas en general.

19:30h.- Santa Misa.

20:00h.- Adoración al Santísimo.

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Viernes día 10:

11:00h.- Grupo Pastoral de la Salud.

12:00h.- Visita a enfermos.

18:00h.- Matrimonios.

19:30h.- Santa Misa.

20:00h.- Junta de Gobierno de la Hermandad de san Bernardo y Casa Hermandad.

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Domingo día 12:

13:00h.- Santa Misa de la Familia.

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domingo, 21 de abril de 2024

Comentario lectura evangelio 22/04/24

Yo soy el Buen Pastor” (Jn 10,11)

Jesús dijo: “Yo soy el Buen Pastor” (Jn 10,11). Es evidente que el título de pastor es propio de Cristo. Lo mismo que un pastor lleva a pastar a su rebaño, así Cristo restaura a los fieles con un alimento espiritual: su propio Cuerpo y su propia Sangre.

Para diferenciarse del mal pastor y del ladrón, Jesús precisa que él es el Buen Pastor. Se declara Bueno,  porque defiende a su rebaño con el compromiso de un buen soldado por su patria. Por otra parte, Cristo ha dicho que el pastor entra por la puerta y él mismo es la puerta (cf. Jn 10,7). Cuando se declara Pastor, tenemos que entender que es él que entra, por sí mismo. Manifiesta que conoce al Padre por sí mismo, mientras que nosotros lo conocemos por él y es él quien nos da la bienaventuranza. Veamos bien que sólo él es la Puerta, sólo él es la Luz y los demás lo son por participación. Juan Bautista “no era la luz sino el testigo de la luz” (Jn 1,8). Cristo era “la Luz verdadera que al venir a este mundo ilumina a todo hombre” (Jn 1,9). Nadie puede decir que es la puerta, ya que ese nombre está reservado para Cristo.

El título de pastor lo ha comunicado a otros, a sus miembros. Pedro lo ha sido, otros discípulos, los obispos. “Les daré pastores según mi corazón” (Jer 3,15), dice el profeta Jeremías. Aunque los responsables de las Iglesias- hijos de ellos- son todos pastores, Cristo dijo “Yo soy el Buen Pastor” para mostrar la fuerza única de su amor. Ningún pastor lo es si no está unido a Cristo, ya que es así miembro del único verdadero Pastor.

Fuente: Santo Tomás de Aquino (1225-1274), dominico, teólogo, doctor de la Iglesia

Comentario lectura evangelio 21/04/24

Hoy celebramos el domingo del Buen Pastor. En primer lugar, la actitud de las ovejas ha de ser la de escuchar la voz del pastor y seguirlo. Escuchar con atención, ser dóciles a su palabra, seguirlo con una decisión que compromete a toda la existencia: el entendimiento, el corazón, todas las fuerzas y toda la acción, siguiendo sus pasos.

Por su parte, Jesús, el Buen Pastor, conoce a sus ovejas y les da la vida eterna, de tal manera que no se perderán nunca y, además, nadie las quitará de su mano. Cristo es el verdadero Buen Pastor que dio su vida por las ovejas (cf. Jn 10,11), por nosotros, inmolándose en la cruz. Él conoce a sus ovejas y sus ovejas le conocen a Él, como el Padre le conoce y Él conoce al Padre. No se trata de un conocimiento superficial y externo, ni tan sólo un conocimiento intelectual; se trata de una relación personal profunda, un conocimiento integral, del corazón, que acaba transformándose en amistad, porque ésta es la consecuencia lógica de la relación de quien ama y de quien es amado; de quien sabe que puede confiar plenamente.

Es Dios Padre quien le ha confiado el cuidado de sus ovejas. Todo es fruto del amor de Dios Padre entregado a su Hijo Jesucristo. Jesús cumple la misión que le ha encomendado su Padre, que es la cura de sus ovejas, con una fidelidad que no permitirá que nadie se las arrebate de su mano, con un amor que le lleva a dar la vida por ellas, en comunión con el Padre porque «Yo y el Padre somos uno» (Jn 10,30).

Es aquí precisamente donde radica la fuente de nuestra esperanza: en Cristo Buen Pastor a quien queremos seguir y la voz del cual escuchamos porque sabemos que sólo en Él se encuentra la vida eterna. Aquí encontramos la fuerza ante las dificultades de la vida, nosotros, que somos un rebaño débil y que estamos sometidos a diversas tribulaciones.

Fuente: Mons. José Ángel SAIZ Meneses, Arzobispo de Sevilla, (Sevilla, España)

viernes, 19 de abril de 2024

Comentario lectura evangelio 20/04/24

El Espíritu es el que da Vida, la carne de nada sirve” (Jn 6,63)

El alma, desde el comienzo hasta el final de toda acción, debe venerar con - Permanece en las cosas celestes con la Inteligencia y el Concejo y se rodea de la Ciencia y la Piedad. Ellas deben recibirse con gran respeto, ya que son su sostén. Entonces, que el alma primero vigile abrirse a la Sabiduría, para luego de la acción poder cerrarse con pudor y timidez. Cuando se abra, que se revista de firmeza gracias a las galas de la Inteligencia y el Consejo y se fortifique igualmente con la Ciencia y la Piedad.

El movimiento del alma razonable y la acción de su cuerpo, según los cinco sentidos, siguen un solo y mismo camino. El cuerpo sólo obra cuando el cuerpo lo pone en movimiento. Los diferentes sentidos, ellos, no se separan uno del otro, se sostienen entre ellos con gran firmeza e iluminan al hombre entero. El fin es conducirlo hacia lo alto o hacia lo bajo, según las elecciones de su alma. 

La Ciencia del alma provoca las lágrimas del arrepentir, mientras que los pecados la enfrían. La constancia en la rectitud, con sus buenas obras, le aporta el fuego del deseo superior. Las igual celo los siete dones del Espíritu Santo. Al inicio de su acción, recibe la Sabiduría que posee luego del temor. La conserva en medio del coraje- Fuerza del corazón otras virtudes vienen en ayuda a la firmeza, para comunicar a cada creyente el fluido de la santidad, la gracia santificante. El alma se encuentra penetrada del rocío y el calor del Espíritu Santo, domina la carne y lleva a servir a Dios con ella… Entonces, todos los órganos interiores aportan su energía al alma humana para servirla. Así, cuando el alma deja el pecado para cumplir la justicia, se eleva siguiendo la razón.

Fuente: Santa Hildegarda de Bingen (1098-1179), abadesa benedictina y doctora de la Iglesia